Desde fiebre hasta un fallo multiorgánico: así afecta el citomegalovirus a personas trasplantadas

Aunque se trata de un virus presente en el 80% de la población, la reactivación en personas inmunodeprimidas puede afectar de forma más grave

Auxiliadora Mazuecos, vocal del Área de Trasplantes de la SEN habla sobre el citomegalovirus. (Foto: Cedida a ConSalud/Montaje ConSalud.es)
Auxiliadora Mazuecos, vocal del Área de Trasplantes de la SEN habla sobre el citomegalovirus. (Foto: Cedida a ConSalud/Montaje ConSalud.es)
Itziar Pintado
17 julio 2024 | 16:00 h

Las infecciones son una de las complicaciones más frecuentes en las personas que han recibido un trasplante. En concreto, el citomegalovirus (CMV) causa muchas de ellas. Se trata de un virus de la familia de los herpes con el que tiene contacto en torno al 80% de la población durante la infancia o a lo largo de la vida, según explica Auxiliadora Mazuecos, vocal del Área de Trasplantes de la Sociedad Española de Nefrología (SEN) en una entrevista a ConSalud.es.

El CMV puede presentarse de forma “asintomática o como un catarro”, afirma la especialista, para después quedarse dentro del cuerpo. Sin embargo, aunque sea un virus que no genera ningún riesgo en la población general, sí puede ser un problema para los trasplantados de riñón. “En un paciente inmunodeprimido, como ocurre con los trasplantados renales especialmente en los primeros meses, cuando están en tratamiento, el virus puede reactivarse por la bajada de defensas”, indica la vocal de la SEN.

“El grupo de mayor riesgo es ese 20% de la población que no ha tenido contacto con el virus previamente”

También puede reactivarse en la cepa del donante. “El grupo de mayor riesgo es ese 20% de la población que no ha tenido contacto con el virus previamente”, asevera Mazuecos. “Si recibe tejido de un donante que sí tiene el virus, se reactiva y se produce la infección”, añade. Esta afectación, ligada a la bajada de defensas, puede provocar la enfermedad por citomegalovirus.

En la enfermedad por citomegalovirus se pueden producir numerosos síntomas. “El paciente puede presentar afectación de los órganos, como una hepatitis o, la más frecuente, la afectación digestiva, como una enteritis”, afirma la vocal de la SEN. Sin embargo, lo más frecuente es que el paciente pase el virus con pocos o ningún síntoma.

“Cuando un paciente se trasplanta, la mayoría de los casos, los seguimos periódicamente mediante PCR”, comenta la especialista, para en cuanto haya un  indicio de infección, actuar. En ocasiones, gracias a estas pruebas, se puede observar que el virus está reactivado en sangre, señala Mazuecos, pero el paciente “no tiene ningún síntoma o son muy ligeros”, asegura. “Esto es lo que se llama síndrome por citomegalovirus”, reafirma.

“Se pueden producir efectos indirectos por esta alteración, por ejemplo, facilita que se produzcan otras infecciones"

También están los efectos indirectos. “Este virus, como todos, tiende a afectar al funcionamiento del sistema inmunológico”. “Se pueden producir efectos indirectos por esta alteración, por ejemplo, facilita que se produzcan otras infecciones o, a largo plazo, puede producir el síndrome linfoproliferativo o el desarrollo de rechazos en el injerto, o incluso se ha relacionado con la enfermedad cardiovascular”, destaca.

GRANDES AVANCES PARA SU ABORDAJE

A pesar de la susceptibilidad de los trasplantados de contagiarse de este o cualquier otro virus, lo cierto es que la disponibilidad de tratamientos permite abordar la infección de manera eficaz. “Tenemos muy buenos tratamientos para el virus”, afirma Mazuecos. “En estos últimos años e incluso meses hemos tenido más avances”, destaca.

Si el citomegalovirus afecta a pacientes de riesgo, “se aconseja el tratamiento intravenoso, que dura habitualmente unas tres semanas”, detalla la experta. “Si la afectación no es tan grave se pueden utilizar otros tratamientos vía oral”, continúa, una alternativa que puede ser “muy cómoda” incluso para aquellas personas que hayan tenido una afectación severa y quieran continuar el tratamiento después del intravenoso.

En cualquier caso, todos los pacientes que están en lista de espera para recibir un trasplante tienen hecha su serología, “de esta forma sabemos si son receptor positivo o negativo”, dice la vocal de la SEN. También el donante se somete a una serología de urgencia para garantizar que el proceso de trasplante se efectúa con seguridad frente a este virus.

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