Cuando la artrosis no es solo cosa de personas mayores: “Me la diagnosticaron a los 13 años”

Con el sedentarismo, pero también con la práctica de deportes de impacto, la mejora del diagnóstico, o a veces sin causa, los casos de artrosis en personas de 40 años o menos se han potenciado

Mujer con artrosis en la mano (Foto. Freepik)

Kautar Douieb tenía 13 años cuando empezaron a dolerle mucho las rodillas. “Mi madre me decía que sería porque me habría caído”, recuerda, pero no era así. Un día que el tiempo empeoró, el cielo se nubló y empezó a llover y a hacer más humedad, el dolor aumentó mucho “y mi madre ya se asustó”. Fueron al traumatólogo pensando que era un crecimiento anormal, el traumatólogo dijo que no era nada, pero ante la insistencia de la madre de Kautar le hicieron una radiografía. “El traumatólogo dijo que no habría nada, pero la radiografía evidenció artrosis en las dos rodillas”. Incipiente, pero ahí estaba.

Son muy escasos los casos de artrosis en menores de 40 años, y, de hecho, no hay apenas estudios sobre ello. Como señala el Dr. Josep Vergés, presidente de la Fundación internacional de la Artrosis (Oafi), en conversación con este medio, los datos de prevalencia de artrosis son muy escasos, y en el caso de los menores de 40 años no hay. “En muchos casos se produce por la acción del deporte de competición. En deporte utilizan un lenguaje distinto al de un reumatólogo y un traumatólogo y las lesiones no se nombran como artrosis. Nos quedaríamos asombrados de la cantidad de personas jóvenes con artrosis incipiente o asintomáticos, pero no hay datos”.

La artrosis u osteoartritis es una patología degenerativa caracterizada por la destrucción del cartílago hialino que recubre las superficies óseas. La artrosis suele afectar a personas mayores, por lo que históricamente se ha relacionado con el envejecimiento. Según el estudio de Prevalencia de artrosis sintomática en España (Estudio EPISER2016) publicado en 'Reumalogia Clínica', la prevalencia de artrosis en mayores de 40 años es de 29,35%, ascendiendo al 80% en los mayores de 65. La más común es la artrosis de columna lumbar (15,52% de los casos), luego la artrosis de rodilla (13,83%), cervical (10,10%), de mano (7,73%) y de cadera (5,13%).

“Normalmente los varones jóvenes acuden principalmente por dolor en el compartimento interno de la rodilla y las mujeres jóvenes suele ser por un síndrome de dolor rotuliano"

Sobre datos de artrosis en jóvenes, un estudio basado en la práctica deportiva en edad pediátrica y publicado en la ‘BMJ Sports Medicne’, señala que en Estados Unidos el 13,9% de los pacientes mayores de 25 años tenían artrosis, 33,6% en el caso de los mayores de 65. “Existía una creencia generalizada de que la artrosis es una enfermedad sólo de personas de edad avanzada, pero lo cierto es que no es así. La artrosis clínica (con síntomas), puede afectar a personas a partir de los 40 años y en algunos casos muy contados incluso a los 30 o 35 años. Los cambios articulares que condicionan la artrosis subclínica (sin síntomas), pueden empezar antes”, explica a Consalud.es el Dr. Francisco Castro Domínguez, portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER) y reumatólogo en el Hospital Universitari Sagrat Cor (Barcelona).

Hablamos de un aumento de los diagnósticos a edad más temprana debido a que “técnicas diagnósticas actuales permiten una detección de la enfermedad en fases más precoces, pero también guarda una estrecha relación con el aumento de los casos de obesidad y sedentarismo en los países con economías avanzadas. En la gente más joven, también hay una relación con el aumento de traumatismos de alta energía, o microtraumatismos de repetición en personas que hacen deporte de impacto a altas intensidades”, explica el Dr. Castro. Los síntomas son igual: dolor articular que empeora con el movimiento o la carga, y en algunos casos chasquidos o inflamación. “Normalmente los varones jóvenes acuden principalmente por dolor en el compartimento interno de la rodilla, lo que en muchos casos traduce algún tipo de patología meniscal, y las mujeres jóvenes suele ser por un síndrome de dolor rotuliano que se sitúa en el compartimento anterior de la rodilla”, añade el especialista en Reumatología.

ARTROSIS CON 40 AÑOS O MENOS

“Yo tenía en mente que era cosa de mayores y nadie de mi familiar lo había tenido”, recuerda Alaia Moreno. Hace dos años, cuando justo tenía 40 años, notó que tenía menos fuerza en las manos. “Cuando iba a abrir la persiana me costaba, no lo había notado antes, fue de repente y esperé a ver qué pasaba”. Pero seguía sintiendo menor fuerza en las manos, principalmente le costaba coger peso o cerrarlas. “Me hicieron una radiografía para descartar, me lo hicieron en ambas manos y me comentaron que había visto que tenía principio de algo reumático en el dedo meñique de la mano izquierda. Me derivaron al reumatólogo que me pidió un análisis y me dijo sin más que tenía artrosis en las manos”. Fue un jarro de agua fría saber que tenía esa enfermedad y que podían deformársele las manos. Dos años después siente dolor de continuo cuando hace movimiento. “La mano izquierda me duele, soy diestra, pero el hacer pinza con la izquierda al coger un plato, estirar la ropa o poner el zapato a la niña me duele”. Desde ese primer momento no ha vuelto a consulta aunque hace ejercicios y se echa crema para poder frenarlo.

Desde entonces han pasado 14 años en los que el dolor “ha ido a más”

Kautar Douieb tiene ahora 27 años, su artrosis se llama condromalacia rotularía, una forma leve de artrosis del cartílago que afecta a gente joven y en la que se desconoce la causa. “Cuando recibí el diagnóstico sinceramente no me enteré mucho, pero mi madre entró en una fase inicial de negación, le costó mucho aceptar que su hija tenía una enfermedad crónica en ambas rodillas”. El segundo doctor al que acudieron para confirmar el diagnóstico también se quedó en ‘shock’ y le mandó un tratamiento sintomatológico para reducir el dolor. Desde entonces han pasado 14 años en los que el dolor “ha ido a más”.

“Antes me podía agachar, ahora agacharme lo veo negro. Me agacho como una abuelita y luego para levantarme es toda una odisea, me tienen que ayudar porque la flexión de arriba abajo de la rodilla es dolorosísima”. Cuando está parada le duelen las rodillas, en el avión, tras estar toda la noche acostada, “es un pinchazo que me obliga a estirar la pierna sin importar lo que tenga delante”. Caminar le afecta menos, pero no puede correr, ni escalar, ni subir escaleras, “el otro día fui a un paintball y solo agachaba la espalda, otra forma de agacharme me dolía mucho”. Y con el tiempo, y pudiendo hacer poca actividad, está ganando peso, lo que tampoco le ayuda. “Esto con 27 años es bastante triste, aunque lo tengo normalizado”, cuenta Kautar Douieb.

Aunque de momento los tratamientos son en su mayoría sintomáticos, también existen los que fortalecen el colágeno para intentar frenar el avance de la artrosis. Pero por el momento no hay cura. “Hoy en día estamos en la posición de identificar muchos de los mecanismos de la artrosis para así tratarlas de manera más específica y efectiva”, indica el Dr. Castro. Por su parte, el Dr. Verges recuerda que es posible prevenir esta enfermedad. “En el caso de deportistas la rehabilitación y tratamientos con glucosamina. Y las mujeres deberían empezar antes de la menopausia con medidas de condroprotección, sobre todo con casos de artrosis en la familia. Hay que ir al médico antes del dolor, porque el dolor significa que el cartílago ya está dañado. Se necesita educación sanitaria”, concluye el Dr. Vergés.

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