Más de siete millones de personas padecen artrosis. Esta es la realidad de una enfermedad en España que, erróneamente, se asocia al envejecimiento. La realidad que muestra la prevalencia es muy diferente: afecta tanto a personas mayores como de media edad, con especial prevalencia en deportistas y mujeres, que se ven afectadas por la enfermedad a cualquier edad.
Atendiendo a detalles concretos, un 24% de mujeres de más de 15 años tiene artrosis. En paralelo, un 95% de los pacientes sufren comorbilidades asociadas como el riesgo cardiovascular, el insomnio o la depresión, agravando el impacto de la enfermedad.
Los casos prevalentes de artrosis han aumentado un 113,25%, pasando de los 247,51 millones en 1990 a 527,81 millones en 2019
Desde una perspectiva global, investigadores de Colegio Americano de Reumatología han publicado un análisis en‘Arthritis & Rheumatoloy’ en el que destacan que los casos prevalentes de artrosis han aumentado un 113,25%, pasando de los 247,51 millones en 1990 a 527,81 millones en 2019.
Las tasas de prevalencia estandarizada por edad de la artrosis fueron de 6.173,38 por cada 100.000 personas en 1990 y de 6.348,25 por cada 100.000 en 2019, con un aumento medio anual del 0,12%. La prevalencia de la artrosis aumentó con la edad y, de forma paralela, fue mayor en las mujeres que en los hombres; sin embargo, hubo diferencias geográficas. Así, los países con mayor nivel de desarrollo tendían a tener una mayor prevalencia.
"La prevención primariay secundaria, que incluye abstenerse de padecer sobrepeso u obesidad, prevenir las lesiones de rodilla y evitar las actividades repetidas de carga de las articulaciones, son medidas eficaces para aliviar la carga”, resalta el coautor principal Jianhao Lin, del Hospital Popular de la Universidad de Pekín (China).
"La prevención primaria y secundaria, que incluye abstenerse de padecer sobrepeso u obesidad, prevenir las lesiones de rodilla y evitar las actividades repetidas de carga de las articulaciones, son medidas eficaces para aliviar la carga”
Además, añade Lin, “la terapia de ejercicios podría retrasar la pérdida funcional y debería recomendarse como tratamiento básico para la artrosis de rodilla". En la misma línea se muestran desde la Sociedad Española de Reumatología (SER), entidad que expone que “el ejercicio físico disminuye el dolor, mejora la movilidad de las articulaciones sin dañar el cartílago ni aumentar la inflamación, aumenta la sensación de bienestar y mejora la calidad de vida de las personas afectadas por esta patología”.
Algunas de las actividades más recomendables para los pacientes con artrosis son realizar bicicleta estática, nadar, caminar y realizar ejercicios de fuerza que potencien la musculatura asociada a la articulación. Por ello, la doctora Romera ha recordado la existencia de vídeos guiados en el proyecto Reumafit para que desarrollen los pacientes con artrosis de rodilla en sus casas. Además, esta herramienta se encuentra disponible para otras enfermedades reumáticas.