La apnea del sueño puede favorecer el desarrollo de la demencia en adultos. Esta afirmación se entiende mejor si tenemos en cuenta que “la apnea no solo afecta a la calidad del sueño, sino también a su estructura”, según afirma la Dra. Ana Fernández Arcos, coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
También esta afirmación es la conclusión del último estudio realizado por Michigan Medicine, publicado en SLEEP Advances, que afirma no solo que la apnea contribuye a la demencia, sino que es más probable que la desarrollen las mujeres. Este es el resultado de diferentes encuestas y pruebas cognitivas en más de 18.500 adultos.
“Sabemos que las personas que tienen apneas tienen una mayor fragmentación del sueño y un menor porcentaje de sueño de ondas lentas”, asegura la experta en una entrevista para ConSalud.es. Este último es fundamental “para el mantenimiento cerebral no solamente a nivel estructural, sino también en la eliminación de toxinas o sustancias que pueden ser tóxicas en el cerebro”, indica.
“Las mujeres con apnea del sueño conocida o sospechada tienen más probabilidades que los hombres de ser diagnosticadas de demencia”
Es por tanto que, como afirma la neuróloga, “las personas que sufren apnea tienen más riesgo de desarrollar demencia antes”. Y si hablamos en todos los niveles de edad, el estudio afirma que “las mujeres con apnea del sueño conocida o sospechada tienen más probabilidades que los hombres de ser diagnosticadas de demencia”. Es más, también este trabajo afirma que la tasa de diagnóstico se redujo entre los hombres y aumentó en las mujeres a medida que envejecían.
Es cierto que “hay que hacer un esfuerzo para, sobre todo, diagnosticar a los hombres”, que pueden sufrir apnea con más frecuencia. Pero “no hay que dejar atrás”, destaca la neuróloga, “a todas esas mujeres que pueden tener síntomas y que, en algunos casos, se confunden con insomnio”. “Hay grandes sesgos de diagnóstico”, asegura.
Como explica el trabajo publicado en SLEEP Advances, cuando las mujeres pasan la menopausia, el estrógeno disminuye y, por tanto, esto puede afectar a su cerebro. Precisamente, la menopausia puede dar lugar a confusión, como indica la experta de la SEN, llegando a pensar que se trata de un insomnio, cuando puede ser una apnea.
“La apnea del sueño aumenta significativamente tras la menopausia, pero sigue estando infradiagnosticada”
En cambio, el estudio indica que “la apnea del sueño aumenta significativamente tras la menopausia, pero sigue estando infradiagnosticada”. Por tanto, explican los investigadores, “necesitamos más estudios epidemiológicos para entender mejor cómo los trastornos del sueño en las mujeres afectan a su salud cognitiva”.
MÁS ESTUDIOS A PERSONAS MÁS JÓVENES
También se necesitan “más estudios en personas más jóvenes”, sostiene la coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño. Y es que lo ideal sería “detectar la apnea del sueño en las personas más jóvenes antes de que se produzcan cambios cerebrales”, puntualiza la experta.
En esta línea, la neuróloga recuerda que “hay factores, como la edad, el sexo o algunas características genéticas, que no pueden modificar el riesgo de sufrir demencia”. Sin embargo, otro tipo de factores sí podrían influir “como la dieta, el ejercicio o evitar tóxicos como el alcohol, donde también entraría una buena higiene del sueño”, asevera. “Es muy importante tener una buena salud cerebral y para ello uno de los pilares fundamentales es tener un sueño adecuado”, concluye.