Un reciente estudio del Daffodil Center de la Universidad de Sidney revela que implementar las últimas directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) podría disminuir la mortalidad por cáncer cervical más del 63% en naciones de ingresos bajos y medios.
Los hallazgos, publicados en 'Nature Medicine', se centran en la detección del virus del papiloma humano (VPH) en la población general en 78 países, y en múltiples escenarios de detección para mujeres con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), calibrados para Tanzania, donde la infección por VIH es endémica.
Los dos estudios modelan la población general y las opciones de detección específicas en países de ingresos bajos y medianos, y se realizaron para respaldar una revisión importante de las directrices de la OMS y acelerar la estrategia global de la OMS para eliminar el cáncer de cuello uterino.
La autora principal del primer estudio, la doctora Kate Simms, señala que el VPH causa casi todos los cánceres de cuello uterino y que un cambio de las pruebas de Papanicolaou a las pruebas de detección del VPH en los países de ingresos bajos y medianos, como ha ocurrido en Australia, podría reducir significativamente las tasas de mortalidad a través de intervención más temprana.
"Los países de ingresos bajos y medianos soportan la mayor parte de la carga mundial de cáncer de cuello uterino, por lo que demostrar la eficacia de la detección basada en el VPH en comparación con otros enfoques es crucial para promover la estrategia y las directrices de la OMS", afirma la doctora Simms.
"La detección primaria del VPH reduce la mortalidad entre un 63 y un 67 por ciento cuando se realiza cada cinco años"
Así, apunta que "la detección primaria del VPH es lo más eficaz desde el punto de vista clínico y rentable, y reduce la mortalidad entre un 63 y un 67 por ciento cuando se realiza cada cinco años".
La autora principal del segundo estudio , la doctora Michaelia Hall, dijo que las mujeres con VIH tenían un riesgo seis veces mayor de desarrollar cáncer de cuello uterino en comparación con la población general y que la infección coexistente por VIH y VPH era más prevalente en los países de ingresos bajos a medios.
"Modelamos varios escenarios en relación con los resultados en Tanzania, que tiene una de las tasas de infección por VIH más altas del mundo, y descubrimos que la prueba primaria del VPH con triaje en comparación con ninguna prueba reduciría la mortalidad por cáncer de cuello uterino hasta en un 71 por ciento", explica la doctora Hall.
"Esto equivalía a salvar una vida por cada 38 mujeres examinadas y remitidas para tratamiento precanceroso, un resultado extremadamente sólido en relación con los beneficios de la detección del cáncer", añade.
Ambos estudios se han basado en una tasa de participación en pruebas de detección del 70 por ciento, un objetivo que es uno de los tres pilares de la estrategia mundial de eliminación del cáncer de cuello uterino de la OMS.