Docentes de la Universidad Internacional de Valencia, en colaboración con el Grup de Recerca Infància i Entorn (GRIE) del Hospital Clínic de Barcelona, han desarrollado un estudio que demuestra los beneficios de un antioxidante derivado del té verde para atenuar las afecciones cardiacas producidas por la exposición prenatal al alcohol. En concreto, se trata del antioxidante natural conocido como epigalocatequina 3-galato (EGCG).
Consumir bebidas alcohólicas durante el embarazo afecta negativamente a la salud del feto en su desarrollo, pudiendo producir alguno de los trastornos del espectro alcohólico fetal (TEAF). Estos agrupan un rango amplio de anomalías físicas, mentales, conductuales y cognitivas.
Consumir bebidas alcohólicas durante el embarazo afecta negativamente a la salud del feto en su desarrollo, pudiendo producir alguno de los trastornos del espectro alcohólico fetal
Dentro de estas afecciones, la más grave es el síndrome alcohólico fetal (SAF), que se caracteriza por dismorfología facial, restricción del crecimiento, anomalías del sistema nervioso central durante el desarrollo fetal y malformaciones congénitas, incluidos los defectos cardiacos.
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores analizaron, durante tres años, la presencia de alteraciones cardiacas en un modelo de ratón para los trastornos del espectro alcohólico fetal (TEAF). A su vez, estudiaron los beneficios del tratamiento con EGCG para atenuar el daño cardiaco producido por la exposición prenatal al alcohol. Los resultados de la investigación mostraron que el antioxidante natural revierte parcialmente algunos de los daños y recupera la función cardiaca alterada por la exposición a alcohol.
Por otro lado, la gravedad del daño fetal producido por la exposición prenatal al alcohol depende de la dosis y cantidad de alcohol consumido, la etapa del embarazo, el estado nutricional de la futura madre y los antecedentes genéticos maternos y fetales.
En este sentido, las ratonas gestantes empleadas en el estudio recibieron dosis de alcohol de acuerdo a un patrón de consumo humano agudo, considerado atracón, así como a un patrón moderado continuado (crónico). El patrón de consumo tipo atracón durante el embarazo se asocia de forma directa con una mayor probabilidad de SAF en la descendencia.
Por su parte, el patrón de consumo moderado, que hace referencia a ingestas moderadas generalmente durante las comidas y que es más frecuente en países mediterráneos, manifiesta una prevalencia menor de SAF, la forma más grave de TEAF, pero puede estar relacionado con los fenotipos intermedios de TEAF.
Tras el parto, los grupos de tratamiento recibieron EGCG en dosis equivalente a su ingesta segura en humanos. La investigación sugiere que ambos patrones de consumo durante el desarrollo fetal pueden causar alteraciones cardiacas, un daño irreparable que persiste en la edad adulta.
La administración posnatal de EGCG al recién nacido durante la infancia y la adolescencia puede mejorar la función cardiaca y actuar sobre el daño generado por la exposición prenatal a alcohol
Sin embargo, la función cardiaca en ratones adultos jóvenes expuestos prenatalmente recupera parcialmente sus niveles fisiológicos con la administración posnatal de EGCG, especialmente en aquellos ratones que fueron expuestos al patrón moderado. Las consecuencias del patrón moderado son menos graves que en el patrón agudo.
El estudio demuestra, así, que la administración posnatal de EGCG al recién nacido durante la infancia y la adolescencia puede mejorar la función cardiaca y actuar sobre el daño generado por la exposición prenatal a alcohol. Además, demuestra también que cualquier patrón de consumo de alcohol durante el embarazo puede tener graves consecuencias para el feto en desarrollo.