Anticoagulantes pediátricos: “Los niños deben tener precaución con los deportes de contacto físico”

El tratamiento con anticoagulantes en edades pediátricas está sujeto a recomendaciones exhaustivas para garantizar su efectividad y evitar efectos adversos

Pacientes pediátricos con tratamiento anticoagulante. (Foto: Freepik)
16 octubre 2023 | 00:00 h
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Los anticoagulantes son los tratamientos efectivos frente a los coágulos en la sangre para retrasar el tiempo de coagulación y evitar que esta se produzca dentro de los vasos sanguíneos. Estos fármacos son los que más vidas han salvado y, gracias a un control adecuado, se evitan 14.000 muertes al año, según la Federación Española de Asociaciones de Anticoagulados (FESAN).

Los pacientes anticoagulados están destinados a un control exhaustivo del tratamiento para garantizar su eficacia y evitar los efectos adversos que puedan causar. En pediatría, el examen rutinario es más estricto y la supervisión de los padres o tutores resulta fundamental para garantizar la eficacia del tratamiento.

Las recomendaciones para los adultos responsables de pacientes pediátricos con tratamientos anticoagulantes “tienen dos objetivos: la administración correcta de la medicación y la vigilancia de posibles efectos adversos”, explica en declaraciones a ConSalud, Francisco J. Climent, pediatra en el Hospital Universitario La Paz.

“En la actualidad son las heparinas de bajo peso molecular (HBPM), que para su correcta administración debe capacitarse a los padres en la técnica de inyección subcutánea, la higiene o la rotación del punto de punción”

Si hablamos de las recomendaciones relativas a la administración hay que tener en cuenta los tratamientos más habituales en el ámbito pediátrico. “En la actualidad son las heparinas de bajo peso molecular (HBPM), que para su correcta administración debe capacitarse a los padres en la técnica de inyección subcutánea, la higiene o la rotación del punto de punción”, señala Climent.

En cambio, con otros tratamientos habituales empleados para una correcta coagulación de la sangre, las recomendaciones cambian. “Con otros anticoagulantes las recomendaciones van dirigidas a dar a conocer a los padres que medicaciones y/o alimentos pueden afectar al efecto anticoagulante de la medicación”, afirma el experto.

“Las recomendaciones sobre los principales efectos secundarios son comunes a los diferentes anticoagulantes, ya que el mayor riesgo es la aparición de hemorragias”

Asimismo, los consejos para un adecuado tratamiento en relación a sus efectos secundarios no varían en función del fármaco. “Las recomendaciones sobre los principales efectos secundarios son comunes a los diferentes anticoagulantes, ya que el mayor riesgo es la aparición de hemorragias”, puntualiza el pediatra. En este sentido, Climent insiste en la importancia de comunicar a los niños el riesgo ante deportes de alto impacto. “Los niños deben tener precaución con los deportes de mayor contacto físico y, en caso de traumatismo importante, (principalmente traumatismo craneoencefálico) los padres deben consultar a un servicio médico”, asegura.

Aunque las interacciones en las heparinas de bajo peso molecular son escasas, es necesario “tener precaución en su uso conjunto con otros antiagregantes y/o antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) por aumento del riesgo de sangrado”, recomienda el doctor.

Sin embargo, además de las interacciones entre medicamentos, los expertos recomiendan evitar la ingesta de determinados alimentos ante ciertos fármacos. En concreto, Climent señala a los antagonistas de la vitamina K y recomienda “evitar alimentos con elevado contenido de esta, como la coliflor, el repollo, las espinacas, el perejil”.

Estos fármacos que “tienen como principal indicación el tratamiento de la trombosis venosa” en la infancia han supuesto un gran avance. Actualmente, los ensayos clínicos se están sucediendo para dar con nuevos estudios basados en el manejo de pacientes pediátricos.

UN PASO MÁS PARA LOS TRATAMIENTOS PEDIÁTRICOS

Los estudios sobre anticoagulación en la edad pediátrica se han incrementado en los últimos años. Así lo indica el pediatra, que insiste especialmente en los “registros internacionales de trombosis y el desarrollo de numerosos ensayos clínicos con anticoagulantes en la infancia”.

“Este aumento de estudios en pediatría ha permitido el desarrollo de nuevas guías para un manejo óptimo, con tiempos de tratamiento más reducido, tratamientos más seguros y resolutivos”, pone de relieve Climent.

“La falta de antídotos aprobados en pediatría hace necesario el desarrollo de estudios específicos con estos fármacos”

Uno de los grandes avances se produjo en 2020 con la introducción en el mercado de dos nuevos fármacos capaces de tratar la anticoagulación de manera oral. Estos fármacos “no precisan cofactores, tienen una farmacodinámica y farmacocinética predecibles, no requieren monitorización y tienen menos interacciones que los antagonistas de la vitamina K”.

“La falta de antídotos aprobados en pediatría hace necesario el desarrollo de estudios específicos con estos fármacos”, insiste. Por este motivo, en la actualidad se están desarrollando grandes avances como “ensayos clínicos con inhibidores del factor XI en adultos que, en caso de aprobación, requerirán su futura investigación en la población infantil”, concluye el doctor.

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