Unos investigadores de la universidad australiana de Monash han publicado en al revista The Lancet Psychiatry un serie de recomendaciones para el manejo de la anorexia en mujeres embarazadas. Una patología con importante peso en la población gestante para la que no existen unas pautas de abordaje sanitario. “A diferencia de los trastornos del estado de ánimo y la ansiedad y los trastornos psicóticos, hay poca orientación e investigación disponibles para la anorexia nerviosa en el embarazo. Las pautas de salud mental perinatal, incluidas las del Reino Unido y Australia, brindan solo una mención limitada o nula de la evaluación y el manejo de los trastornos alimentarios en el embarazo”, señala la profesora Megan Galbally, directora del Centro de Salud Mental de Mujeres y Niños de la Facultad de Ciencias Clínicas de la Universidad de Monash.
Que el embarazo es un periodo de bienestar emocional es un falso mito. Así lo expresó a Consalud.es Concepción Chinchilla, psiquiatra del programa de Salud Mental Perinatal del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, y así lo reflejan miles de estudio. Alrededor de un 20% de las mujeres tienen algún trastorno psiquiátrico durante el embarazo. Depresión, ansiedad, trastornos obsesivos compulsivos (TOC), trastornos de alimentación (TCA)... ya sea porque existiera una sintomatología preexistente o que se desarrolle durante el embarazo, estas patologías están presentes en miles de mujeres y no están lo suficientemente atendidas.
Una de esas patologías es la anorexia nerviosa, uno de los trastornos más frecuentes de los TCA que afectan a siete de cada 1.000 mujeres en el mundo, con un porcentaje en ascenso. La anorexia durante la gestación afectaría a una de cada 200 mujeres, teniendo estas madres mayor riesgo de muerte fetal (1,99 veces más), nacimiento del bebé con bajo peso (1,69 veces) o partos prematuros (1,32). Sin embargo no hay suficientes estudios para saber cómo actuar en esta situación.
“El manejo de la anorexia nerviosa requiere un enfoque de equipo multidisciplinario con experiencia en salud mental, atención médica especializada y dietética como mínimo"
Según explica la investigadora Galbally, autora del primer estudio que establecen recomendaciones para el manejo de esta enfermedad, las medidas existentes para la anorexia no sirven durante el embarazo. “Se ha demostrado que las medidas de evaluación utilizadas fuera del embarazo, como el Inventario de trastornos alimentarios o la confianza en el índice de masa corporal, tienen una validez limitada en la gestación".
La nutrición prenatal materna, el aumento de peso durante el embarazo y el peso del bebé son factores de riesgo críticos para el desarrollo de este TCA y, por tanto, puntos de intervención "vitales" para mejorar la salud de estas mujeres. Si se baja la ingesta de calorías, se producen deficiencias nutricionales y vitamínicas, se realizan periodos de ayuno, seguidos por atracones o la madre sufre altos niveles de estrés, se pueden producir cambios en los resultados obstétricos y neonatales y problemas en el funcionamiento de la placenta.
“El manejo de la anorexia nerviosa requiere un enfoque de equipo multidisciplinario con experiencia en salud mental, atención médica especializada y dietética como mínimo; en el embarazo, los expertos clave incluyen obstetras (particularmente expertos que manejan embarazos de alto riesgo), médicos con experiencia en embarazo, dietistas que también tienen experiencia en los requisitos nutricionales del embarazo, pediatras y médicos de salud mental con experiencia perinatal”, recomiendan los autores.