Los perros y gatos sanos podrían transmitir a sus dueños bacterias resistentes a los antibióticos, así como genes que desempeñan un papel clave en la resistencia bacteriana, según un nuevo estudio que se presentará en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas. El estudio es obra de la doctora Juliana Menezes, de la Universidad de Lisboa (Portugal), y de la doctora Sian Frosini, del Royal Veterinary College (Reino Unido).
"Nuestros hallazgos verifican no sólo el intercambio de bacterias resistentes a los antibióticos, sino también de genes de resistencia entre los animales de compañía y sus propietarios en la comunidad, lo que subraya la necesidad de programas de vigilancia local continua para identificar el riesgo potencial para la salud humana", afirma la doctora Juliana Menezes.
El papel de los animales de compañía como posibles reservorios de bacterias resistentes a los antimicrobianos es una preocupación creciente en todo el mundo. La bacteria 'Escherichia coli', es común en los intestinos de personas y animales sanos.
Hay varios tipos diferentes y, aunque la mayoría son inofensivos, algunos pueden causar graves intoxicaciones alimentarias e infecciones potencialmente mortales, incluida la intoxicación sanguínea, con más de 40.000 casos al año sólo en Inglaterra.
En este estudio, los investigadores querían averiguar cómo se propagan estas bacterias resistentes y si existe un cruce entre los animales de compañía sanos (es decir, gatos y perros) y sus propietarios
Se recogieron muestras de heces de 58 personas sanas y de los 18 gatos y 40 perros que vivían con ellas en 41 hogares de Portugal, y de 56 personas sanas y 45 perros de 42 hogares del Reino Unido.
Las muestras se recogieron a intervalos mensuales durante cuatro meses y se utilizó la secuenciación genética para identificar tanto las especies de bacterias de cada muestra como la presencia de genes de resistencia a los medicamentos.
Entre 2018 y 2020, se encontró que 15% de las mascotas y el 13% de los miembros del hogar de ambos países eran portadores de bacterias productoras de ESBL/AmpC. De ellos, casi la mitad de los gatos y perros (6 en Portugal y 1 en el Reino Unido), y un tercio de los miembros de la familia (4 en Portugal y 1 en el Reino Unido), estaban colonizados por al menos una cepa multirresistente (véase la tabla 1 en las notas a los editores).
En cuatro hogares portugueses, los genes de resistencia a ESBL/pAMPc encontrados en las mascotas coincidían con los encontrados en las muestras de heces de sus propietarios. En tres de estos hogares, los genes de resistencia coincidentes sólo se recuperaron en un punto de tiempo, pero en un hogar, se observaron cepas compartidas en dos puntos de tiempo consecutivos, lo que sugiere una colonización persistente de bacterias compartidas.
Además, en dos de los hogares, los microbios de los animales domésticos coincidían con las cepas de 'E. coli' encontradas en la muestra de heces de su propietario, pero en los otros dos no había pruebas de que se compartieran las bacterias.
"A veces las bacterias no se comparten, pero sus genes de resistencia sí. Estos genes se encuentran en trozos móviles de ADN, lo que significa que pueden transferirse entre diferentes poblaciones bacterianas en animales y humanos", remacha Menezes.