Un equipo de investigadores de Japón y Australia ha anunciado que se han logrado avances significativos en el desarrollo de un análisis de sangre que, en el futuro, podría ayudar a los médicos a detectar quién podría padecer la enfermedad de Alzheimer.
El estudio, publicado en la revista científica Nature, aborda una patología que afecta a cerca de 50 millones de personas en todo el mundo y se espera que, en 2050, la sufran 131 millones de ciudadanos, tal y como señala la organización sin ánimo de lucro Alzheimer’s Disease International.
"La comunidad científica debe aprender a diagnosticar esta enfermedad antes de que de síntomas. Es ahí donde vendrá el valor real de esta prueba"
En la actualidad, los profesionales sanitarios se sirven de escáneres cerebrales o pruebas invasivas para analizar el líquido cefalorraquídeo, denominadas punción lumbar, para comprobar si los pacientes acumulan beta amiloide en el cerebro, una proteína tóxica conocida relacionada con el alzhéimer. No obstante, este tipo de pruebas presentan una serie de inconvenientes: son invasivas, muy costosas y solo pueden reflejar resultados cuando la enfermedad ha comenzado a progresar.
En este contexto, disponer de un análisis de sangre fiable y de bajo coste "podría facilitar que las compañías farmacéuticas encuentren potenciales pacientes de alzhéimer para estudiar nuevos medicamentos", explica Katsuhiko Yanagisawa, investigador del Japanese National Center for Geriatrics and Gerontology y codirector del estudio.
"La comunidad científica debe aprender a diagnosticar esta enfermedad antes de que de síntomas. Es ahí donde vendrá el valor real de esta prueba", señala Colin Masters, docente de la Universidad de Melbourne y codirector de la investigacion. Atendiendo a datos concretos, el estudio ha involucrado 252 pacientes australianos y 121 japoneses con edades comprendidas entre los 60 y los 90 años.