Boldó: "La resistencia a la insulina, clave en la patogénesis del síndrome de ovario poliquístico"

Entre el 50% y el 70% de las mujeres con síndrome de ovario poliquístico tienen resistencia a la insulina y más riesgo de obesidad o enfermedades cardiovasculares

Dra. Ana Boldó Roda, tesorera de la Junta Directiva Ejecutiva de la SEGO (Foto: SEGO)
3 marzo 2024 | 00:00 h
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El acné, el aumento de vello o las irregularidades menstruales son algunos de los síntomas más característicos del síndrome de ovario poliquístico (SOP), la condición más frecuente de las mujeres en edad reproductiva. Solo en España, entre el  5% y el 10% de las jóvenes de entre 20 y 30 años padece esta afección.

El SOP, a su vez, presenta determinadas características metabólicas, siendo una de las principales la resistencia a la insulina. De manera aproximada, entre el 50 y el 70 por ciento de las pacientes con síndrome de ovario poliquístico tienen resistencia a la insulina, además de presentar más riesgo de obesidad, intolerancia a la glucosa, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico o hígado graso no alcohólico.

La resistencia a la insulina se puede presentar con una gran variedad de síntomas y signos, algunos de los cuales pueden hacer sospechar su presencia en una paciente. Entre ellos, destacan el aumento de peso o la dificultad para perderlo, especialmente en torno al abdomen, la fatiga o falta de energía, el hambre excesiva o los antojos de carbohidratos debido a las fluctuaciones en los niveles de azúcar en sangre, y el aumento de la sed y la micción.

Además, puede provocar acantosis nigricans, que consiste en el oscurecimiento y aumento del grosor de la piel en áreas como el cuello y las axilas. Por otro lado, está también relacionada con un mayor riesgo de hipertensión arterial, colesterol y triglicéridos elevados.

Ana Boldó Roda: “Es importante que las mujeres con SOP que están experimentando dificultades reproductivas trabajen en estrecha colaboración con su médico para desarrollar un plan de tratamiento integral"

La resistencia a la insulina es considerada una característica central del SOP, y desempeña un papel importante en su fisiopatología. En determinadas ocasiones, las células del cuerpo no responden de manera adecuada a la insulina, dando lugar a elevadas concentraciones de ella en sangre, lo que también se conoce como hiperinsulinemia.

A su vez, los niveles elevados de insulina pueden estimular la producción excesiva de andrógenos, hormonas masculinas, en los ovarios y glándulas suprarrenales. Esto contribuye a síntomas del SOP como el hirsutismo o crecimiento excesivo de vello, el acné y la irregularidad menstrual. Esta situación puede, además, afectar a la fertilidad, al interferir con la ovulación y la producción de óvulos de calidad.

“Es importante que las mujeres con SOP que están experimentando dificultades reproductivas trabajen en estrecha colaboración con su médico para desarrollar un plan de tratamiento integral que aborde tanto la resistencia a la insulina como otros aspectos de su condición”, destaca para ConSalud.es la doctora Ana Boldó Roda, tesorera de la Junta Directiva Ejecutiva de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).

“La resistencia a la insulina puede, además, afectar a la producción de hormonas como la hormona luteinizante (LH) y la hormona folículo estimulante (FSH), lo que altera el equilibrio hormonal y contribuye a la formación de folículos ováricos múltiples característicos del SOP. También puede contribuir a la disfunción ovárica y a la anovulación o falta de ovulación”, continúa.

“En resumen, la resistencia a la insulina es un componente clave en la patogénesis del síndrome de ovario poliquístico y está estrechamente relacionada con muchos de sus síntomas y características metabólicas. Por ello, el tratamiento dirigido a mejorar la sensibilidad a la insulina puede ser beneficioso en el manejo del SOP y sus complicaciones asociadas”, añade la experta.

El diagnóstico de la enfermedad es fundamental para abordarla íntegramente. Para ello, los especialistas realizan a las pacientes unas pruebas específicas, como son la medición de la glucosa en ayunas, la prueba de tolerancia a la glucosa, PTOGII o la medición de la hemoglobina A1c, según explica la doctora.

El abordaje de la resistencia a la insulina implica una combinación de cambios en el estilo de vida, medicamentos y tratamiento de condiciones subyacentes en caso de que estén presentes. En lo que respecta al estilo de vida, se debe mantener una dieta saludable rica en frutas, verduras, granos enteros y grasas saludables. Además, es fundamental reducir el consumo de azúcares añadidos, alimentos procesados y carbohidratos refinados.

Ana Boldó Roda: "El tratamiento dirigido a mejorar la sensibilidad a la insulina puede ser beneficioso en el manejo del SOP y sus complicaciones asociadas”

A su vez, la actividad física regular, como correr, nadar o hacer ejercicio aeróbico pueden ayudar a mejorar la sensibilidad a la insulina y controlar los niveles de glucosa en sangre. En aquellas personas que presentan sobrepeso u obesidad, el perder peso ayudaría a mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir el riesgo de complicaciones relacionadas.

“Se recomienda una combinación de ejercicio aeróbico y entrenamiento de fuerza para obtener los máximos beneficios. El control del estrés crónico como la meditación, el yoga, la respiración profunda y la terapia cognitivo-conductual pueden ayudar a reducir los niveles de estrés y mejorar la sensibilidad a la insulina”, recomienda la experta de la SEGO. Por otro lado, hay determinados medicamentos, como la metformina, que pueden ayudar a mejorar la sensibilidad a la insulina y controlar los niveles de glucosa en sangre.

“Por lo tanto, el tratamiento de la resistencia a la insulina, a menudo a través de cambios en la dieta, el ejercicio y, en algunos casos, medicamentos como la metformina y el mioinositol, puede ser parte importante del manejo de la fertilidad en mujeres con SOP”, continúa la doctora Boldó Roda.

En la actualidad, numerosos estudios han evidenciado que la resistencia a la insulina es un factor importante en el desarrollo y la progresión del SOP, y se han investigado los posibles biomarcadores que pueden ayudar a predecir esta situación. Dichos estudios podrían permitir una detección temprana y un tratamiento más efectivo.

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