Las personas transgénero son aquellas que tienen una identidad de género diferente al sexo con el que han nacido. Por ejemplo, sentirse varón pese a tener genitales femeninos. El tratamiento de esta disforia o incongruencia no consiste únicamente en recurrir a un endocrino para comenzar una terapia hormonal. La asistencia de estas personas requiere de un abordaje multidisciplinar de especialistas como psicólogos, pediatras o dermatólogos, entre otros. Dada su complejidad, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) ha puesto en marcha el curso de “Experto en Medicina Transgénero” con el objetivo de formar profesionales con una visión amplia, moderna y con carácter despatologizador en la atención sanitaria de las personas transgénero.
¿Pero en qué consiste la medicina transgénero? Según explica el endocrinólogo especialista en género y director del curso de la SEEN, Antonio Becerra, esta especialidad médica abarca todos aquellos aspectos asistenciales de las personas trans. “La medicina transgénero no es solo cuestión de fármacos y hormonas, es velar por su salud completa e integral”, indica. El doctor Antonio Becerra coordinó la unidad de género en el Hospital Ramón y Cajal durante muchos años. Tal y como destaca el endocrino, “desde 1990 he atendido a personas transgénero sin parar. Actualmente, pese a estar jubilado, al ver que durante la pandemia nadie les atendía, lo hice de manera telemática”.
Endocrinólogos como Antonio Becerra son la piedra angular del tratamiento de afirmación de género. “Ya que uno de aspectos más importantes en la transición médica es el tratamiento hormonal, y es el endocrinólogo el que mejor lo conoce y quien debe coordinar todo el proceso”, detalla. Sin embargo, no es un proceso inocuo. “Las hormonas tienen efectos adversos, no a corto plazo, pero sí en el largo plazo. Estas personas van a necesitar otros especialistas”, afirma el endocrino. Algunos de los profesionales implicados en el tratamiento de las personas transgénero, además de los endocrinólogos, son psicólogos, pediatras, dermatólogos, otorrinolaringólogos, cirujanos, ginecólogos o psiquiatras, entre otros.
La medicina transgénero comprende todos aquellos aspectos asistenciales de las personas trans
Y también cardiólogos. Dado que el tratamiento hormonal puede producir desde embolias, trombosis o anginas de pecho. Como explica Antonio Becerra, este riesgo cardiovascular es bajo cuando los pacientes comienzan el tratamiento, normalmente entre los 20 y 30 años, pero medida que el tratamiento se prolonga con los años, los riesgos aumentan. “De hecho, es en las personas transexuales de edad avanzada donde hay que tener cuidado porque tendrán el acúmulo de otras enfermedades de la vida”, apunta.
El colectivo trans han tenido que recorrer un largo camino en el acceso al tratamiento de afirmación de género. Como recuerda Antonio Becerra, “yo he vivido tiempos donde nadie quería atender a las personas trans. Ahora hay cada vez más disciplinas médicas que les están atendiendo”. Actualmente, con la aprobación de la “ley trans” por parte del Consejo de ministros el pasado 29 de junio, cada vez gozan de más libertades.
Aunque, como destaca el endocrino, la terapia de afirmación de género perdió su carácter “patologizador” desde la Ley 2/2016, de 29 de marzo, de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación de la Comunidad de Madrid. En palabras de Antonio Becerra, desde su aprobación ya no era necesario que la persona trans acudiese de manera obligatoria a un psicólogo o psiquiatra antes de iniciar el tratamiento hormonal. “Ahora el profesional propone que sean acompañados en el proceso por un psicólogo, pero no como una serie de fases a superar”, informa el endocrino.
UNA TRANSICIÓN ÚNICA EN CADA PERSONA
Un proceso que no tiene porqué consistir necesariamente en una transición completa y directa de un género a otro. Como detalla Antonio Becerra, uno de los aspectos novedosos del curso “Experto en Medicina Transgénero”, es el abordaje de las personas transgénero en cualquiera de las rutas de transición que decida. Como explica el especialista, puede tener parte de un género, de otro o incluso ser evolutivo. “Cualquier opción es válida. Puede graduarse en función de lo que quiera la persona. Algunos no lo quieren iniciar ahora, o lo hacen solo de manera parcial o temporal. Es toda una gama de grises”, detalla.
También es posible querer seguir el camino opuesto, querer retroceder de este cambio de género. Aunque, en algunos casos, estos cambios pueden ser parcialmente irreversibles. “Si por ejemplo se han desarrollado los pechos gracias a las hormonas feminizantes se puede volver hacia atrás, pero no del todo”, explica el endocrino. “Todo dependerá-prosigue Antonio Becerra- de la evolución, el tiempo, la duración y la dosis de ese tratamiento hormonal”.