La obesidad se ha convertido en una de las grandes epidemias globales de nuestro tiempo. Los malos hábitos alimenticios y una vida cada vez más sedentaria se traducen en un constante incremento de numerosas enfermedades con las cardiovasculares a la cabeza.
En la lucha global contra la obesidad nos hemos encontrado con las últimas recomendaciones realizadas por la Royal Society for Public Health de las que se hacen eco en Medscape. Según una encuesta realizada por la organización, el 53% de las personas modificaría sus hábitos alimenticios si en el etiquetado de los alimentos se indicase, además de las calorías, su equivalencia en ejercicio físico.
El estudio realizado revela que el uso de este tipo de etiquetado en los alimentos se tradujo en que las personas fueron más selectivas a la hora de escoger alimentos con menor número de caloría.
"No estamos recomendando que las personas no coman, pero saber lo que necesitan caminar o correr para consumir todas las calorías presentes en el alimento que han elegido sin duda podría alentarlas a seleccionar productos alimenticios más saludables", explica la profesora de la Loughboroug University y directora del estudio, Amanda Daley.
En este sentido la industria alimentaria ha dado en los últimos años un paso muy importante con la introducción del etiquetado nutricional de los alimentos. Un mecanismo que ayuda a los consumidores a tomar decisiones más informadas sobre los productos que ingieren y el número de calorías nutrientes y demás valores que les reportan al organismo.
"Saber lo que necesitan caminar o correr para consumir todas las calorías presentes en el alimento que han elegido sin duda podría alentarlas a seleccionar productos alimenticios más saludables"
A pesar de este avance, casi dos tercios de los británicos (el estudio se ha realizado en reino Unido) tienen sobrepeso u obesidad. Ante esta fotografía el estudio indica que el etiquetado con la equivalencia de las calorías de cada alimento en actividad física podría ayudar a afrontar este problema de salud pública.
Para llegar a estas conclusiones los investigadores han realizado un análisis sistemático de 14 estudios aleatorizados controlados, además de varios estudios experimentales. Los resultados han sido publicados en Journal of Epidemiology & Community Health.
Estos han demostrado que, cuando se incluía en el etiquetado de los alimentos, bebidas y menús la equivalencia de las calorías en actividad física, los consumidores se decantaban por productos con 64,9 menos calorías por comida en comparación con los alimentos, bebidas y menús que tenían otro tipo de etiquetado o carecían de este.
Este etiquetado con asociación de calorías con su equivalencia en actividad física se ha asociado a un consumo de entre 80 y 100 calorías menos que otros tipos de etiquetado.
La profesora Daley señala que hacen falta más estudios en la materia y que se desarrollen de forma uniforme. Aunque destaca que se ha dado un importante paso. "Es importante señalar que no estamos recomendando que se abandone el etiquetado actual. Lo que decimos es que este tipo de etiquetado pudiera añadirse, pues no va a perjudicar que las personas sepan que el panecillo de chocolate que se acaban de comer va a precisar que corran posiblemente 50 minutos o que caminen hora y media para consumirlas", concluye.