El mundo cada vez está más concienciado sobre la importancia de la nutrición y sobre el papel que esta juega en lo relativo a la salud. Las personas prestan más atención a lo que ingieren partiendo de la base de las repercusiones que los alimentos pueden tener para su salud, tanto de forma positiva como negativa. Es en este contexto en el que va cogiendo fuerza la alimentación consciente.
La alimentación consciente consiste en entender y adaptar la alimentación a las necesidades de cada uno, teniendo en cuenta factores como el sexo, la edad, la altura, el tipo de ejercicio que se realiza y la masa muscular. En este sentido, es una visión de la nutrición que engloba numerosos aspectos, como pueden ser sociales, de salud o, incluso, de seguridad alimentaria. Así, tiene en cuenta factores como la producción de los alimentos o los efectos que esta tiene en el medio ambiente.
"La alimentación consciente va a ayudar a mantener un peso estable, evitar intolerancias a alimentos, problemas cardiovasculares, problemas de hipertensión, aumento del colesterol o aumento de marcadores inflamatorios"
Este tipo de alimentación puede ser empleada para controlar el peso de las personas, teniendo en cuenta la ingesta de alimentos de cada individuo, en lo relativo a si estos contienen muchas calorías o si pueden, por ejemplo, generar algún tipo de intolerancia en la persona tratada.
La alimentación consciente pasa por que la persona adapte sus necesidades a lo que su metabolismo requiere, es decir, que consuma los alimentos correspondientes a las demandas de su organismo. De este modo, puede ser una herramienta útil para abordar la obesidad, enfermedades cardiovasculares o diabetes. Al permitir prevenir la ganancia de peso, se están también reduciendo factores de riesgo asociados a estas patologías. Así, va a ayudar a mantener un peso estable, evitar intolerancias a alimentos, problemas cardiovasculares, problemas de hipertensión, aumento del colesterol o aumento de marcadores inflamatorios.
Sin embargo, no se debe confundir con una dieta común, pues se trata de un concepto nutricional asociado a la salud. “Tiene que ver con el concepto de interés o de preocupación”, explica Alfredo MartÍnez, miembro del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados (IMDEA), catedrático de Nutrición y profesor en la Universidad de Valladolid.
Por otro lado, las distintas dietas sí pueden ser conscientes al hacerse de forma individualizada para cada persona. Además, también se puede seguir una nutrición consciente de precisión, es decir, “que tiene en cuenta los kilos que a una persona le pueden sobrar, la hipertensión que puede sufrir, o los niveles de glucosa en sangre que pueda presentar en ese momento una persona”, explica el experto.
Esta forma de alimentación está también relacionada con la psicología de las personas. Aspectos como el temperamento, el carácter o cómo se sienten las personas están muy presentes en este concepto. A esto se le añade que la ingesta de determinados alimentos está relacionada con la producción de serotonina, que genera bienestar. Ser consciente de estos aspectos puede llevar a modificar la dieta de forma beneficiosa para la salud, afectando incluso a la calidad de vida de las personas.
Alfredo Martínez: “La alimentación consciente es ser equilibrado, es ser balanceado, no solamente es darse cuenta de que los alimentos aportan calorías, sal, grasa o a lo mejor azúcares que no son totalmente saludables”
Alimentarse de forma consciente está relacionado, según el profesor Alfredo Martínez, con la alimentación inteligente. El problema de esto radica en que, si se interpreta de forma errónea, puede dar lugar a la aparición de trastornos de la conducta alimentaria. Por ello, hay que realizar una correcta lectura de lo que la alimentación consciente representa realmente.
“La alimentación consciente es ser equilibrado, es ser balanceado”, explica el catedrático de Nutrición, que añade que “no solamente es darse cuenta de que los alimentos aportan calorías, sal, grasa o a lo mejor azúcares que no son totalmente saludables”.
Para tratar los trastornos de conducta alimentaria, debe intervenir un especialista que enseñe a cada paciente a comprender que analizar los componentes de cada alimento y cómo estos afectan a la salud puede ser muy útil, pero bajo ningún concepto puede llevar a la obsesión.