Los casos de jóvenes que requieren los servicios de urgencias del sistema sanitario a consecuencia del consumo de drogas alertan normalmente por su gravedad. Sin embargo, los especialistas apuestan por poner también el foco de atención en aquellos problemas de salud más leves que en muchas ocasiones pasan desapercibidos al no requerir de atención médica de urgencia.
El médico internista del Hospital Universitario de Salamanca, Miguel Marcos ha sembrado estos días el debate en Twitter al compartir su experiencia profesional al respecto. “Paciente de 27 años. Consumo de anfetaminas y alcohol el fin de semana. Ingresa en Medicina Interna por fallo renal, rabdomiólisis (rotura muscular), síntomas psicóticos… ¿Cuántos pacientes con cuadros leves no vemos? El daño de las drogas en la juventud está infraestimado”, dice este especialista.
Hay un retraso progresivo de un año en el primer contacto con el tabaco, que en 2006 se situaba en los 13,1 años
Según la última Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España realizada a estudiantes de 14 a 18 años, la edad media de inicio al consumo de tabaco se retarda hasta los 14 años (14,1 años, concretamente), lo que supone un retraso progresivo de un año en el primer contacto con esta sustancia, que en 2006 se situaba en los 13,1 años.
Esta tendencia positiva varía en el caso de los hipnosedantes (con o sin receta), cuya edad de inicio en el consumo ha caído ligeramente hasta los 13,7 años, continuando así el descenso iniciado en 2012. El consumo de cannabis comienza, por término medio, a los 14,8 años; el de cocaína y anfetaminas a los 15,1 años y el de éxtasis a los 15,2 (todo ello referido a aquellos adolescentes que comienzan a consumir en las edades incluidas en la encuesta).
De manera global, los datos de ESTUDES 2016-2017 confirman que las drogas consumidas por un mayor porcentaje de estudiantes, en los últimos doce meses, siguen siendo las de lícito comercio entre mayores de edad. En primer lugar, el alcohol (75,6%) y en segundo lugar el tabaco (34,7%). El cannabis se sitúa en tercer lugar -primera droga ilegal- con una prevalencia (proporción de población que lo consume) del 26,3%, seguido de los hipnosedantes (con y sin receta), que alcanzan el 11,6%.
El resto de drogas tienen unas prevalencias más reducidas. Las nuevas sustancias psicoactivas alcanzan el 3,1%; la cocaína se queda en un 2,5%; el éxtasis en un 1,6%; las anfetaminas en un 1,2% y el resto de las sustancias estudiadas (más de 20) se sitúan en el 1% o por debajo.