El verano es el momento de ir a la piscina, a lagos y playas a remojarse para deshacerse un poco del calor que producen las altas temperaturas estivales y evitar así también los efectos en la salud que pueden tener. Sin embargo, en estos momentos de recreo y esparcimiento es importante mantener la seguridad.
Sin haber empezado todavía la época estival nos encontramos ya con las primeras muertes por ahogamiento: un niño de 19 meses en una piscina privada de Aigües (Alicante), otro menor de seis años en la playa de Canet d’en Berenguer (Valencia), un niño de nueve años en una balsa de un campo de golf en Terrasa, un hombre de 71 años y otro de 50 años en la playa de Cambrils, o un menor de 15 años en el río Deva (Asturias). Todos ellos en las últimas dos semanas.
Los ahogamientos son, según datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), la segunda causa de mortalidad por accidentes en niños y de daño cerebral en adolescentes
Cada año mueren ahogadas en espacios acuáticos unas 300 personas. En 2020 fueron 338 personas, principalmente personas mayores de 65 años, pero ese año también se registró el fallecimiento de 39 menores de 18 años, de los cuales 12 tenían entre 0 y 3 años, ocho entre 4 6 años, dos entre 7 y 10 y 17 entre 11 y 17 años. Los ahogamientos son, según datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), la segunda causa de mortalidad por accidentes en niños y de daño cerebral en adolescentes. Y son en su gran mayoría evitables.
PASOS A SEGUIR: PROTEGER, ALERTAR Y SOCORRER
Lo principal, según los expertos, es no perder de vista en ningún momento a los niños. De esta forma podemos alertarles de los peligros y al mismo tiempo encontrarles lo más rápido posible cuando se produzca el ahogamiento. Ya que la falta de supervisión en los más pequeños y las caídas o actividades de riesgo en los niños más mayores son las dos causas fundamentales. Si se produce un ahogamiento lo primero es proteger a la víctima, alertar a los Servicios de Emergencias y socorrer al niño iniciando maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP).
El primer paso, proteger, consiste en sacar rápidamente al niño del agua y llevarlo en un lugar seguro. Se debe intentar rescatarlo sin entrar en el agua, si hay que entrar intentar ir con salvavidas y sin sumergir la cabeza, e intentar siempre sacarlo en posición horizontal para evitar hipotensión y colapso cardiovascular, pero sin demorar por ello el rescate.
Una vez que se ha sacado al niño del agua hay que valorar su estado, si reacciona es necesario realizarle una valoración secundaria poniendo solución a los problemas que se detecten, si no responde hay proceder a las maniobras de RCP para recuperar la respiración de forma eficaz o dar respuesta a la parada cardio-respiratoria, como explican desde Cruz Roja para realizar una reanimación cardiopulmonar hay que seguir estos primeros pasos:
- Colócala en posición de reanimación: boca arriba con brazos y piernas alineados sobre una superficie rígida y con el tórax al descubierto.
- Abre la vía aérea, para ello coloca una mano sobre la frente y con la otra tira del mentón hacia arriba, para evitar que la lengua impida el paso del aire a los pulmones.
- Comprueba durante 10 segundos si la víctima respira normalmente manteniendo la vía aérea abierta. Si lo hace colócala en posición lateral de seguridad, llama al 112 o ayuda y comprueba si sigue respirando. Si no respira llama al 112 e inicia 30 compresiones torácicas en el pecho.
- Realiza dos insuflaciones con la vía aérea abierta (frente-mentón) y la nariz tapada. Ilustración de boca a boca. Si el aire no pasa en la primera insuflación, asegúrate de estar haciendo bien la maniobra frente-mentón y realiza la segunda insuflación, entre o no entre aire.
- Alterna 30 compresiones 2 insuflaciones a ritmo de 100 compresiones por minutos.
- No pares hasta que la víctima inicie la respiración espontánea o llegue la ayuda profesional.