El agotamiento inmunológico tras la Covid-19, ¿causa del repunte de la tuberculosis y herpes zóster?

Manuel Ruiz Pablos, colaborador de investigación en el Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA), explica cómo afectan las reinfecciones al sistema inmunológico y cómo puede llegar a producirse el “agotamiento”

Manuel Ruiz Pablos, colaborador de investigación en el Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra y paciente de encefalomielitis miálgica (Foto cedida a ConSalud)
Manuel Ruiz Pablos, colaborador de investigación en el Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra y paciente de encefalomielitis miálgica (Foto cedida a ConSalud)
Diego Domingo
6 abril 2025 | 11:00 h
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La enfermedad Covid-19 no solo afecta los pulmones, sino que también debilita el sistema inmunológico. Antes, las infecciones virales respiratorias eran más estacionales, concentrándose en los meses de otoño o invierno y permitiendo que el sistema inmune se recuperase tras estas infecciones. Sin embargo, con la aparición del SARS-CoV-2, el escenario ha cambiado, ya que este virus puede circular durante todo el año con distintas variantes, provocando reinfecciones que se suman a las infecciones invernales habituales. Esto impide que el sistema inmune recupere su normalidad por completo.

Así lo explica Manuel Ruiz Pablos, colaborador de investigación en el Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra y paciente de encefalomielitis miálgica, que alerta sobre este problema en una entrevista concedida a ConSalud.es. "Las reinfecciones con este virus generan agotamiento inmunológico, acabando de una manera similar a la infección persistente que presentan los pacientes con Long Covid", afirma.

"El agotamiento inmunitario ocurre cuando el sistema inmune se ve obligado a activarse de forma repetida y constante, lo que reduce su capacidad de respuesta", explica Ruiz Pablos. En este proceso, las células T CD4 y CD8, esenciales en la respuesta inmune, pierden eficacia. ”Si la infección es persistente o las reinfecciones son frecuentes, estas células T se ven sobreexigidas y entran en un estado de agotamiento”, añade. 

“Cuando el sistema inmune se ve obligado a activarse de forma repetida y constante, se reduce su capacidad de respuesta y se produce el agotamiento inmunitario”

Uno de los efectos más preocupantes del agotamiento inmunológico es la reactivación de patógenos latentes en el organismo. "El sistema inmunológico pierde eficacia, permitiendo la reactivación de virus como el Epstein-Barr (EBV) o bacterias como Mycobacterium tuberculosis", indica el investigador.

En los últimos meses, se ha observado un repunte de casos de tuberculosis, herpes zóster y otras infecciones oportunistas. Este fenómeno podría estar vinculado a la incapacidad del sistema inmune para mantener estas infecciones en estado latente.

ENFERMEDADES ASOCIADAS AL DEBILITAMIENTO INMUNOLÓGICO

El impacto del SARS-CoV-2 en el sistema inmune no solo facilita la reactivación de infecciones, sino que también puede desencadenar patologías más graves. "El agotamiento de las células T contribuye a la inflamación crónica y al deterioro progresivo del sistema inmune, lo que puede llevar a una mayor vulnerabilidad frente a infecciones recurrentes y otras complicaciones de salud a largo plazo", sostiene Ruiz Pablos.

El experto apunta que como ocurre en cualquier condición de inmunodeficiencia, pueden aparecer otras reactivaciones virales latentes, como parvovirus B19, infecciones oportunistas como cándida o un mayor número de infecciones respiratorias sintomáticas, como neumonías bacterianas o virales recurrentes. “Además, este agotamiento inmunológico también podría facilitar la aparición de enfermedades autoinmunes, como artritis reumatoide o lupus, y aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer relacionados con infecciones virales crónicas, como el cáncer cervical debido al VPH”, detalla.

¿CÓMO PROTEGER EL SISTEMA INMUNE?

Ante este panorama, los expertos insisten en la necesidad de implementar estrategias que permitan mitigar el agotamiento inmunológico y proteger la salud a largo plazo. “Si el sistema inmunitario no se expone de manera repetida a infecciones como el SARS-CoV-2, podrá recuperarse y mantener una respuesta adecuada frente a otras amenazas”, explica Ruiz Pablos, quien enumera estrategias recomendadas basadas en evidencia científica:

- Uso de mascarillas de alta filtración (FFP2 o FFP3): su empleo en entornos de alto riesgo puede reducir significativamente la exposición a virus respiratorios.
- Uso de antivirales frente al SARS-CoV-2: "El tratamiento temprano con antivirales como Paxlovid ha demostrado ser eficaz para reducir la carga viral y la duración de la enfermedad", subraya.
- Tratamiento de reactivaciones virales: el uso de fármacos como valaciclovir puede ayudar a controlar la reactivación de virus como el Epstein-Barr.
- Uso de antioxidantes y soporte metabólico: el estrés oxidativo generado por la inflamación crónica puede ser contrarrestado con compuestos como la N-acetilcisteína (NAC) y suplementos de vitaminas esenciales.

Ruiz Pablos comenta que el agotamiento inmunológico también puede provocar problemas autoinmunes, ya que un sistema inmune desregulado puede comenzar a atacar los propios tejidos, desencadenando enfermedades como artritis reumatoide, lupus o síndrome de Sjögren. En definitiva, “el agotamiento inmunológico genera un estado de vulnerabilidad prolongada, donde el sistema inmune ya no puede responder de manera efectiva a las amenazas externas ni controlar los procesos inflamatorios internos, lo que perpetúa el círculo vicioso de inflamación crónica, disfunción inmunológica y deterioro sistémico”. 

Pero a pesar de la creciente evidencia sobre el agotamiento inmunológico post-COVID-19, todavía queda mucho por investigar. "Es fundamental seguir investigando el impacto a largo plazo del SARS-CoV-2 en el sistema inmunológico", enfatiza Ruiz Pablos. “Mantener una buena salud inmunitaria es clave para defendernos de infecciones y evitar complicaciones a largo plazo. Proteger el sistema inmune mediante el uso de mascarillas en situaciones de riesgo, el tratamiento temprano de infecciones y una buena nutrición con antioxidantes y vitaminas ayuda a evitar este agotamiento y mejora la capacidad de respuesta inmune. También es un acto de empatía social que protege a las personas más vulnerables”, concluye.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.