Los conflictos bélicos activos en el mundo están poniendo en peligro el futuro de un gran porcentaje personas y entre ellos, muchos menores. La infancia, por su gran vulnerabilidad, está enfrentando el impacto de este conflicto de una forma desproporcionada. Estas acciones constituyen una forma execrable de maltrato infantil y causan daños a todos los niveles, con consecuencias que perdurarán a corto, medio y largo plazo. Las heridas, tanto físicas como emocionales, son profundas y pueden ser irreparables, afectando el presente y el futuro de toda una generación.
Además, en estos conflictos, los servicios sociales son destruidos o se interrumpen debido a la falta de mantenimiento. El acceso a la atención médica y medicamentos también es restringido, provocando el colapso de los sistemas de salud.
Por su parte, laAsociación Española de Pediatría expresa su más profunda preocupación y repulsa ante el reciente agravamiento del conflicto árabe-israelí en Gaza. Los ataques iniciados por Hamás, seguidos por la respuesta militar de las autoridades israelíes, están causando un daño inmenso a la población civil y, de manera especialmente trágica, a los niños y niñas de la región.
La guerra nunca es la solución, sino el principio de problemas más profundos y duraderos
Como defensores de la salud pediátrica y conscientes de la importancia de los determinantes sociales y comunitarios de la salud, que van mucho más allá de la mera asistencia sanitaria, declaramos enfáticamente que la guerra solo sirve para destruir y para crear resentimiento y odio que perdurarán durante generaciones.
Hacemos un llamamiento urgente a todas las partes involucradas para el cese definitivo de estas hostilidades. Abogamos por la paz y el diálogo como pilares fundamentales para la convivencia y el progreso. La guerra nunca es la solución, sino el principio de problemas más profundos y duraderos. La paz, el respeto a la vida humana y la protección de los derechos de la infancia deben prevalecer sobre cualquier acto de agresión.