El verano, el contacto con la naturaleza y el uso de ropa corta facilitan el contacto de las garrapatas con la piel, exponiendo a las personas a los riesgos de sus picaduras. Debido a las consecuencias negativas que puede tener esta exposición, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) ha publicado una serie de recomendaciones para la protección de la ciudadanía ante garrapatas.
Algunas de las medidas preventivas en las que hace hincapié la entidad es en el tipo de ropa a usar o el tiempo de exposición a zonas de la naturaleza donde pueden encontrarse estos parásitos. También insiste en una correcta exploración, actuación y seguimiento ante la sospecha de tener alguna garrapata en el cuerpo, así como el uso adecuado de los repelentes, esenciales para evitar las consecuencias negativas.
Las garrapatas transmiten numerosas enfermedades y, una buena forma de evitarlas, es mediante el uso de repelentes. Pero para que se produzca un correcto uso de estos productos es necesario tener en cuenta el modo de empleo del recipiente y el número de registro del etiquetado. Además, “en caso de usar fotoprotector, aplícalo antes, deja secar y después aplica el repelente”, recomienda la entidad.
“Si los días siguientes a la picadura tienes síntomas, acude a tu profesional sanitario”
Por su parte, las zonas de especial atención ante un posible contacto con garrapatas son las axilas, ingles, cabello, ombligo, zona posterior de las orejas y cintura. En caso de tener una picadura de garrapata, la entidad recomienda su retirada lo antes posible, preferiblemente por un profesional sanitario. “Si los días siguientes a la picadura tienes síntomas, acude a tu profesional sanitario”, aconseja la Aemps.
GRAN DIVERSIDAD DE GARRAPATAS EN ESPAÑA
España cuenta con una gran diversidad de especies de garrapatas que, dependiendo del clima y la presencia de hospedadores, se distribuyen de manera desigual por todo el territorio. Estos parásitos son artrópodos que actúan como parásitos alimentándose de la sangre de los animales, incluido el ser humano. Viven en el suelo, normalmente ocultos entre la hierba o los arbustos.
Algunos de estos parásitos pueden estar infectados con organismos patógenos, que son transmitidos durante el proceso de ingestión de sangre. Para evitar la picadura es fundamental usar repelentes de uso humano, productos biocidas del tipo 19, que son la medida más eficaz para su prevención. Estos repelentes se aplican sobre piel expuesta y repelen al artrópodo sin matarlo, y deben contar siempre con una autorización para su comercialización, que se indicará en el etiquetado mediante el número de registro.