Un reciente estudio de la Federación Europea de Asociaciones de Crohn y Colitis Ulcerosa (EFCCApor sus siglas en inglés), indica que el 63% de los pacientes de enfermedad inflamatoria intestinal tienen miedo de que su medicación les aumente el riesgo de tener Covid-19.
Para Julio Roldán Perezagua, presidente de ACCU España (Confederación de Asociaciones de enfermos de Crohn y Colitis Ulcerosa), “los datos existentes señalan que lo más probable es que no sea así, por lo tanto, insistimos en lo que se recomienda desde las sociedades médicas: continuar con el tratamiento y no dejarlo, porque esto puede ser contraproducente para el control de la enfermedad inflamatoria intestinal y, por lo tanto, para nuestro estado de salud”.
Cada 29 de mayo se celebra el Día Mundial de la Salud Digestiva promovido por la Organización Mundial de Gastroenterología (World Gastroenterology Organisation, WGO), con el objetivo de aumentar la concienciación sobre la prevención, prevalencia, diagnóstico, manejo y tratamiento de los trastornos y enfermedades digestivas.
“Tener una EII o está asociado a una mayor tasa de contagio ni al desarrollo de las formas más graves de Covid-19”
Se calcula que en España unas 300.000 personas padecen enfermedad inflamatoria intestinal (EII), enfermedad mediada por una respuesta inmune que engloba colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn, sin diferencias significativas entre la prevalencia y con escasa comprensión por la población sobre el dolor y el sufrimiento crónico que producen.
Si en condiciones normales, hay pacientes con un mayor riesgo de no cumplir con su tratamiento, en tiempos de Covid-19 este riesgo puede ser incluso mayor y puede tener importantes implicaciones negativas para la salud.
Gran parte de los pacientes con EII, probablemente más del 60%, tienen tratamientos inmunosupresores o inmunomoduladores; lo que ha provocado, por precaución, que se les incluya en los grupos de riesgos que ha establecido el Ministerio de Sanidad, “hay datos muy preliminares que apuntan que tener una enfermedad inflamatoria intestinal, ya sea Crohn o colitis ulcerosa, no está asociado a una mayor tasa de contagio ni al desarrollo de las formas más graves de Covid-19, pero hay que seguir teniendo en cuenta que nos sigue faltando mucha información”, indica Roldán Perezagua.
El origen de la EII, enfermedad del intestino inmunomediada, inflamatoria y crónica, es desconocido, pero altera la capacidad del organismo para digerir alimentos y absorber los nutrientes, evoluciona en brotes y periodos de remisión, se caracteriza por dolor y es muy invalidante, afectando a personas muy jóvenes, se diagnostica con mayor frecuencia antes de los 30 años, y su incidencia se ha duplicado en las últimas décadas entre los menores de 10 años. La EII afecta por igual a hombres y mujeres, y tiene un importante impacto social, laboral y económico,siendo más común en los países desarrollados donde se estima la padecen en torno a cinco millones de personas en todo el mundo.
En tiempos de Covid-19 las medidas de protección a seguir por pacientes con EII siempre van a ser muy individualizadas
En tiempos de Covid-19 las medidas de protección a seguir por pacientes con EII siempre van a ser muy individualizadas, en función de las características de cada paciente, de ahí la importancia de consultar con la unidad de enfermedad inflamatoria intestinal o el especialista.
Para Roldán Perezagua, “no es lo mismo que una persona concreta esté con inmunosupresión, o no; o que se tenga una edad más avanzada u otras condiciones asociadas ahora descritas a una peor evolución en caso de infección (obesidad, otras patologías, etc.). En estos casos siempre va a ser mejor aumentar las medidas de precaución para evitar una infección del virus SARS- Cov- 2. Y en caso contrario, en los que se da una EII controlada con un tratamiento de primera línea (como mesalazina o salazopirina), seguir las recomendaciones oficiales que se están estableciendo para la población general”.
Ante la especialimportancia de la adherencia a los tratamientos, las distintas compañías farmacéuticas han puesto en marcha planes para evitar interrupciones en la fabricación y garantizar la continuidad del suministro de los tratamientos a médicos y pacientes de todo el mundo.