No hace mucho los médicos aconsejaban a sus pacientes con cáncer que descansaran y evitaran la actividad física. Se pensaba que reduciendo los esfuerzos adicionales en el día a día estos pacientes afrontarían mejor los tratamientos. Sin embargo, en los últimos años han aparecido estudios que señalan los beneficios del ejercicio físico para el pronóstico del cáncer. Según The American College of Sports Medicine, recetar ejercicio durante el tratamiento del cáncer permite reducir la ansiedad y la depresión, mejorar el cansancio y la calidad de vida y el funcionamiento físico. Con ello también se mejora la eficacia del tratamiento y por tanto la supervivencia.
Estos datos que se han estudiado en el cáncer de adultos han llegado de la mano de la Fundación Unoentrecienmil al cáncer infantil. A través de una investigación, han hallado que el ejercicio físico pautado en los niños con tratamiento oncológico es beneficioso para su pronóstico. Desde 2018 han estudiado los efectos de una “receta deportiva” y este martes 15 de marzo han presentado en el Hospital Universitaria de La Paz la Aceleradora Unoentrecienmil, una plataforma que dotará a los hospitales de espacios para realizar ejercicio físico y una plataforma digital para realizar el seguimiento.
“Se trata de un servicio terapéutico que va más allá de un gimnasio”
Según explica para Consalud.esElena Huarte- Mendicoa, directora general de Unoentrecienmil e impulsora del proyecto, “se trata de un servicio terapéutico que va más allá de un gimnasio”. La acelaradora cuenta con dos dimensiones, una física donde se encuentran las máquinas adaptadas a los niños para que puedan realizar los ejercicios y otra digital que permite a los profesionales monitorizar los datos y ver la evolución que experimentan los pequeños y adolescentes con las pautas físicas. “Con ello llegaremos a todos los hospitales con especialidad de Oncología Pediátrica, tanto el 10% que ya cuenta con un lugar donde hacen deporte, como a los que no tienen ningún equipo”.
JUEGOS, EJERCICIOS Y SEGUIMIENTO DIGITAL
Para la mejor adaptación a todos los hospitales y siguiendo los consejos de expertos y los resultados que ellos mismo han conseguido durante estos años, la Fundación ha creado los planos de la primera aceleradora. El proyecto piloto, que se construirá en La Paz a finales de año, cuenta con un espacio de rampa para facilitar el acceso, un círculo de activación y juegos donde los niños realizan acciones más relajadas y sin necesidad de control por parte de un terapeuta, y un rectángulo donde máquinas de fuerza, pesas, bicicleta o cintas para correr esperan a los niños bajo la vigilancia de un profesional.
“La idea es que en el primer espacio unos tres o cuatro niños puedan realizar un calentamiento de baja intensidad”. Este consistirá en juegos como pelotas, hacer construcciones, aros… con los que activarse, tanto aquellos niños que luego accedan a la sala de ejercicio dirigido, como aquellos que por su situación clínica no puedan hacer más ejercicio pero necesiten tener un poco de movimiento.
Una vez pasado el calentamiento, los niños llegan a una zona donde están dispuestas todas las máquinas de ejercicio como si de un gimnasio se tratara. “Aquí estará un terapeuta con un grupo reducido de pacientes y les ayudará a realizar los ejercicios que más les convenga”. Las máquinas están adaptadas a los niños, también cuentan con niveles de intensidad que se adaptan tanto a aquellos que empiezan y tengan poca fuerza como a los que se encuentren mejor.
“El análisis permitirá al profesional sanitario conocer exactamente cómo evolucionan los niños”
Todos estos datos se recogen en un laboratorio donde son analizados por el terapeuta y los investigadores. “El análisis permitirá al profesional sanitario conocer exactamente cómo evolucionan los niños, pero también formará parte de la investigación para saber cómo beneficia a los niños esta herramienta”.
BENEFICIOS PARA EL PACIENTE
En estos cuatro años de estudios, la “receta de ejercicio” ha mostrado importantes beneficios para los pacientes. “Hemos encontrado beneficios en el sistema inmunológico del niño, que los hace estar más preparados para recibir los nuevos fármacos”, indica Huarte-Mendicoa. Y es que, según explicaba Carmen Fiuza, investigadora principal de la Aceleradora: “El ejercicio físico, a diferencia de un fármaco o una pastilla, provoca que el músculo, que es un órgano endocrino, libere sustancias que activan nuestro sistema inmune y, de esta manera, podemos entrenar también a las células para que ataquen mejor a los tumores”.
Esto hace que se reduzca la hospitalización en un 17%. También tiene beneficios cardioprotectores, lo que evita la aparición de problemas cardiólogos, y a nivel emocional y racional. “Nuestro objetivo, con el estudio permanente que seguiremos haciendo gracias a la plataforma digital, es demostrar que la supervivencia de los niños también mejora”. Actualmente en España se diagnostican 1.000 casos de cáncer infantil, de los que el 70% de los pacientes se curan, aunque en un proceso largo.
“La Aceleradora es un proyecto que despierta bastante interés en los hospitales por su sencillez al no llevar grandes obras y beneficio”, señala Elena Huarte-Mendicoa. “La idea es que, si conseguimos la financiación necesaria, llegue a todos los hospitales. El objetivo es que se paute en el cáncer infantil el ejercicio físico como se prescribe la quimioterapia”, concluye.