Según la Sociedad Española de Fertilidad, los abortos repetitivos son una patología que se reconoce tras la acumulación de tres o más embarazos interrumpidos por abortos espontáneos. Este tipo de abortos los sufre un 15% de la población, un porcentaje de riesgo que aumenta a un 18% cuando ya ha sucedido en alguna ocasión, y cuando se han dado dos o más casos previos alcanza el 25-30%.
Sin embargo, no existe consenso entre los profesionales y algunos aceptan que las pérdidas pueden no ser consecutivas, pues el hecho de haber tenido algún recién nacido antes o entre los abortos no parece disminuir la probabilidad de volver a abortar. Tampoco existe consenso en cuanto al número de abortos que justifica el inicio de un estudio. Por eso, lo razonable es individualizar cada caso y considerar la edad de la mujer, las circunstancias que la rodean, las pérdidas gestacionales tempranas, los antecedentes personales y familiares y la ansiedad de la pareja.
Cuando un embarazo no evoluciona correctamente y se ve interrumpido antes de llegar al parto es porque existe algún problema y aún más en los casos en que esta situación sea reiterada. Según Aroa Vello, matrona de la Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME), “siempre que hay una repetición de abortos se tienden a estudiar para conocer la causa. El primer aborto no se suele estudiar; el segundo en algunos casos y a partir del tercero es cuando se empiezan a estudiar sí o sí”.
"Mi genetista me dijo que yo estaba en la peor situación posible, porque no había ninguna causa que explicaran mis abortos, y lo único que podía explicarlo fue la edad"
Según los expertos, la obesidad materna y las enfermedades asociadas como la hipertensión arterial o diabetes son algunos de los factores de riesgo que pueden provocar estos abortos. Además, un embarazo múltiple ya es de por si más complicado, por lo que el riesgo de interrupción es mayor.
Más allá de estos aspectos, hay varios factores que pueden provocar la interrupción del embarazo. En algunos casos pueden aparecer factores inmunológicos que provoquen el rechazo del organismo hacia el embrión en el momento de la implantación, situación que imposibilitaría la correcta evolución del embarazo. Factores anatómicos como las alteraciones uterinas o miomas, también pueden provocar abortos de repetición.
Sin embargo, aunque existen diversas causas demostradas, la matrona asegura que “ningún aborto tiene por qué complicarse. Pero si es, por ejemplo, un embarazo ectópico y eso ha hecho que las trompas de Falopio se inflamen y exploten, pueden existir complicaciones. Hoy en día contamos con técnicas muy eficaces y los legrados y las cesáreas son técnicas que están muy depuradas y ya no son como antes. Pero es cierto que entrar a un quirófano conlleva un riesgo”.
"Yo culpaba al mundo de todo lo que había pasado. Me hundí y no supe como abordarlo"
Asimismo, la edad materna es considerada el factor predominante y causante de los abortos repetitivos. El efecto de la edad sobre la capacidad reproductiva de las mujeres es un hecho bien estudiado y se sabe que, a partir de los 35 años, la probabilidad de embarazo es significativamente menor. Además, la tasa de abortos aumenta de forma exponencial, pudiendo llegar a ser de entre un 40 y 80% a partir de los 40 años.
Precisamente, Maribel tenía 40 años cuando quiso quedarse embarazada. Su situación económica, sentimental y laboral no le había dejado hacerlo antes. Pero su sueño se convirtió en una pesadilla. Su primer aborto sucedió cuando el feto tenía 12 semanas. “Yo pensaba que no iba a tener ningún tipo de problema, pero no fue así. Creía que este era el regalo más bonito que me había dado la vida. Aun así, conseguí volver a quedarme embaraza 5 meses después, pero esta vez el aborto vino más pronto: a las 6 semanas”, cuenta.
“Después de esto, yo me obsesioné en quedarme embarazadade forma natural. Soy enfermera y yo empecé a preguntarle a todos mis compañeros por qué me sucedía esto; comencé a hacerme pruebas de ovulación todos los días y acudí a diferentes profesionales. Mi genetista me dijo que yo estaba en la peor situación posible, porque no había ninguna causa que explicaran mis abortos, y lo único que podía explicarlo fue la edad”.
No obstante, aún quería formar una familia y a los 43 años (un año y medio después del segundo aborto) volvió a quedarse embarazada. Esta vez no fue buscado. “Volver a quedarme embarazada para mí fue una gran alegría, pero me volvieron a saltar todos los miedos. A las 8 semanas de gestación volví a manchar y vuelvo a perder al bebé. Yo ahí me caigo con todo el equipo, porque además me viene una menopausia precoz. Yo no estaba preparada para eso. Yo quería ser madre con mis óvulos”.
EL VERDADERO PELIGRO
“El problema de los abortos repetitivos está en la parte psicológica y emocional, porque esta situación es muy dura. Tenemos a familias que han tenido abortos repetitivos y no tiene bebés vivos, y ellos cuentan que lo más complicado de este proceso es saber cómo superarlo. Muchos de esos embarazos han sido complicados, en los que las madres han tenido que estar medicándose todos los días con heparina y ver que no ha servido de mucho, les suele afectar”, cuenta Aroa.
Por su parte, Maribel no supo gestionar la pérdida de sus tres hijos, lo que hizo que se sumiera en una depresión. “Yo culpaba al mundo de todo lo que había pasado. Me hundí y no supe cómo abordarlo. Nunca lo enfoqué como un duelo que tenía que pasar, y con la tercera pérdida decidí vivir los tres duelos a la vez. Después de eso renací y volví a encontrarme conmigo misma, pero mi vida ya no era la misma. Mi pareja me dejó cuando yo consideraba que estaba en el mejor momento de mi duelo. El motivo que me dio fue el tema de la maternidad, cuando realmente a la que desgastó fue a mí. Esto te deja muy lastrada”, termina contando a Consalud.es entre lágrimas.