Existe una meta mundial clara: reducir a la mitad la prevalencia de la anemia en mujeres en edad reproductiva para 2025. Sin embargo, el progreso para alcanzar este objetivo en el corto plazo de dos años está siendo “lento”, denuncia la Organización Mundial de la Salud (OMS). “El mundo no está en camino de alcanzar la meta mundial”, incide. Su marco integral sobre la reducción de de esta patología hematológica pone las bases para ir más allá de la prevención y el tratamiento de la deficiencia de hierro, y establece formas de abordar las causas directas, los factores de riesgo y las desigualdades que impulsan este problema de salud.
Mundialmente, la anemia afecta a 571 millones de mujeres y 269 millones de niños pequeños. En 2019, la anemia afectó al 40 % de los niños de 6 meses a 5 años, al 37 % de las mujeres embarazadas y al 30 % de las mujeres de 15 a 49 años, recoge la OMS. En España, la tasa de esta patología en niños era de 15% el mismo año y en mujeres en edad fértil de 13,5%, apunta un informe del Banco Mundial. La incidencia se ha incrementado en las últimas décadas, principalmente gracias a la mejora de la detección. Ahora toca disminuir su prevalencia. ¿Qué medidas se están poniendo en marcha en nuestro país? ¿Qué es necesario hacer?
Dra. Medina Salazar: "Es fundamental caracterizar con precisión la anemia para comprender la carga que supone y sus características epidemiológicas para así poder planificar las intervenciones de salud”
España cuenta con diferentes protocolos de actuación y guías de estudio, de diagnóstico y de manejo, explica a ConSalud.es la Dra. Fiorella Medina Salazar, del Grupo de Eritropatología de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH). Siendo una de las principales patologías de consulta clínica de Hematología, y en muchos casos un síntoma o un signo de un gran número de enfermedades inflamatorias, renales inmunitarias, o crónicas, su abordaje es esencial.
Y esta atención ha de ser diferente dependiendo del origen y las características de cada anemia. En este sentido, la Dra. Medina Salazar destaca la “importancia” de “caracterizar con precisión la anemia para comprender la carga que supone y sus características epidemiológicas para así poder planificar las intervenciones de salud”.
En las de origen ferropénico, por ejemplo, que es la más frecuente, las intervenciones se centran en la alimentación. Una nutrición basada en la suplementación con hierro, ácido fólico y otras vitaminas y minerales es esencial para evitar la anemia por desnutrición, al mismo tiempo que beneficia para otros problemas de salud, como determina la OMS. “Otras intervenciones útiles son las que abordan las causas subyacentes de la anemia mediante el control de enfermedades, el agua, el saneamiento y la higiene, la salud reproductiva y las causas profundas como la pobreza, la falta de instrucción y las desigualdades de género”, aporta la hematóloga.
La mayoría de los trabajos se centran en la prevención y tratamiento de la deficiencia de hierro, lo que ha producido en los últimos años un abandono del resto de anemias que tenían otros orígenes nutricionales u otras causas. “La anemia es una afección compleja con múltiples causas, incluidas otras deficiencias nutricionales, infecciones, inflamación, afecciones ginecológicas y obstétricas y trastornos hereditarios de glóbulos rojos. Todos deben abordarse para prevenir y tratar eficazmente esta condición”, indica en un comunicado Francesco Branca, Director del Departamento de Nutrición e Inocuidad de los Alimentos de la OMS.
EL PAPEL DE PRIMARIA
Ginecología, Hematología y Primaria son las principales especialidades que atienden esta condición de salud. Los profesionales dan consejos, dotamos de tratamiento o se derivan a los pacientes a otros especialistas si el origen de la anemia se debe a otras causas como una enfermedad autoinmune o el sangrado de colon. Con todo, los profesionales de Atención Primaria tienen un importante peso en el abordaje y seguimiento de estos pacientes, y precisan de protocolos de atención y guías.
Dra. Romero Secin: "Es relevante abordar hábitos alimentarios, la ingesta de alcohol, los fármacos habituales, e interrogar sobre posibles pérdidas digestivas o ginecológicas”
Actualmente, en nuestro país, no existe un único protocolo o una única guía de detección y abordaje de esta patología. Diferentes sociedades científicas, especialidades médicas e instituciones sanitarias autonómicas han realizado sus propios documentos con recomendaciones basadas en la evidencia y la experiencia científica. Como explica a este medio la Dra. Anny Romero Secin del Grupo de Trabajo de Nutrición de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), estos protocolos se centran principalmente en la ferropenia primaria y secundaria. También recogen cómo realizar el diagnóstico mediante hemograma y establecen el plan de seguimiento y terapéutico que han de seguir los profesionales.
Con todo, manifiesta la especialista en Familia, es necesario ampliar estas medidas en las consultas de Primaria e incluir más datos de la historia clínica del paciente, que ayudarían a mejorar el estudio de estas patologías. “También es relevante abordar hábitos alimentarios, la ingesta de alcohol, los fármacos habituales, e interrogar sobre posibles pérdidas digestivas o ginecológicas”, subraya.
Lejos de la meta mundial de la anemia, también en nuestro país, la Dra. Romero Secin destaca las medidas que se deberían seguir para alcanzar los objetivos: mejorar y ampliar la identificación, medición y comprensión de la anemia en las mujeres en edad fecunda, así como su prevención control y tratamientos, y establecer “colaboraciones entre actores estatales y no estatales para lograr compromisos económicos y un entorno propicio para la aplicación de políticas integrales sobre medidas nutricionales que faciliten la prevención y el control de la anemia”.
También, manifiesta, es necesario asegurar que programas y políticas de otros campos de la sociedad, fuera de la salud, como son la educación o la producción e industria alimentaria, “incluyan la nutrición y otras causas importantes de la anemia que resulten relevantes en el contexto nacional”. Además, es preciso realizar una evaluación de los programas de control de la anemia. Solo así, destacan ambas expertas, se podrá dar respuesta a este grave problema de salud pública y reducir su impacto en nuestra sociedad.