El papel de la mujer en Salud es cada vez más preponderante, además de conformar el mayor porcentaje de egresadas en profesiones sanitarias, también ocupan cada vez más cargos de poder en los diferentes servicios y colegios profesionales. Aun así, donde siempre han tenido una posición destacada ha sido como responsables de la salud familiar. Sobre esta carga ha hablado Consalud con Carina Escobar, presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP).
¿Es habitual que las mujeres lleven la carga de los asuntos sanitarios en las familias?
Es una realidad que el 90% de las personas cuidadoras son mujeres y además, un 19 % de ellas tienen una enfermedad crónica. Por norma general son ellas las encargadas de las responsabilidades familiares, tales como su organización, el cuidado, la educación y el afecto de personas dependientes dentro de la unidad familiar.
"Las mujeres dedican 10 horas semanales más al cuidado que los hombres, y en personas mayores esta cifra aumenta a 74 horas semanales"
En este sentido y según los datos del Estudio de mujer, discapacidad y enfermedad crónica de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes, las horas que se dedican por semana al cuidado de otra persona muestra una clara desigualdad en el caso de las mujeres, que realizan 10 horas más que los hombres de cuidado. Además, para las personas mayores de 60 años esta cifra aumenta hasta 74 horas semanales al cuidado de otras personas.
¿Es una tendencia que está cambiando?
La corresponsabilidad en los cuidados real sigue siendo una tarea pendiente. Son las mujeres las que aún tienen un rol muy arraigado de los cuidados y las que mayoritariamente se siguen encargando de los cuidados familiares y de personas dependientes. Para seguir avanzando en la igualdad entre mujeres y hombres en nuestra sociedad la corresponsabilidad es un pilar clave y necesario.
¿Cómo afecta a las mujeres esta responsabilidad?
Esa feminización de los cuidados repercute directamente ensu salud, produce aislamiento social y afecta su salud mental, dando lugar a que presten menos atención a su salud, retrasando sus citas médicas, sean menos adherentes a los tratamientos o tengan más dificultades para acceder a recursos sociales.
"Las mujeres prestan menos atención a su salud, retrasando sus citas médicas, son menos adherentes a los tratamientos o tienen más dificultades para acceder a recursos sociales"
En el ámbito laboral, también existen consecuencias como la precariedad laboral y temporalidad de sus trabajos. Siguen siendo ellas las que piden excedencias o reducción de jornada, circunstancia que se ve agravada en el caso de las mujeres con necesidades crónicas de salud.
¿Cómo se puede reducir esta desigualdad?
Necesitamos que sea visible el trabajo de las cuidadoras, que son el sostén de la familia, pero también del sistema sanitario. Tenemos que cuidar al que cuida, y desarrollar políticas sanitarias y sociales que las protejan.
Especialmente en estos momentos que el abordaje de la cronicidad y envejecimiento suponen un gran reto para nuestro SNS. La necesaria transformación del mismo requiere de la participación de todos los agentes y las cuidadoras son una pieza clave.