Diversos estudios apuntan hacia una clara relación entre la epilepsia y el sueño, los trastornos como el insomnio o la narcolepsia provocan un peor control de las crisis epilépticas, y los pacientes pediátricos con epilepsia tienen una mayor proporción de trastornos del sueño que los niños sanos.
“Las crisis nocturnas, la actividad epileptiforme en el sueño y en muchas ocasiones los fármacos antiepilépticos provocan una fragmentación del sueño y dificultades de conciliación”, ha explicado la doctora Marta Furones, pediatra especialista en el área de Neuropediatría del Hospital Universitario General de Villalba (Madrid), durante su intervención en la mesa redonda ‘Sueño y epilepsia en niños’, enmarcada en el programa del XXX Congreso de la Sociedad Española de Sueño (SES).
"Los trastornos del sueño son frecuentes en esta población especialmente sensible, por lo que el tratamiento puede conllevar una mejoría en la calidad de vida del paciente y de su familia"
Además, la experta ha presentado los resultados del estudio, ‘Insomnio conductual en niños con epilepsia’ realizado a 153 pacientes que demuestran que cerca del 80% de estos menores presenta algún aspecto alterado del sueño. Basándose en la escala de Trastornos del Sueño para Niños de Bruni, utilizada en esta investigación, las más frecuentes fueron las alteraciones en la transición sueño-vigilia, las dificultades del inicio-mantenimiento del sueño y la somnolencia diurna, que aparecían en casi la mitad de la muestra.
“Este estudio reafirma lo que ya sabíamos, que los trastornos del sueño son frecuentes en esta población especialmente sensible, por lo que el tratamiento puede conllevar una mejoría en la calidad de vida del paciente y de su familia, así como mejorar el pronóstico de la epilepsia. No es una técnica útil para el cribado de los trastornos del sueño, ya que dentro del grupo de pacientes que contestaron que dormían bien, se detectaron trastornos del sueño en un número muy elevado de ellos. Por ello consideramos recomendable usar cuestionarios validados para la realización de la anamnesis”, ha señalado la doctora Furones.
INSOMNIO COMPONENTE CONDUCTUAL
La doctora Furones ha querido recalcar las consecuencias mentales que supone el diagnóstico de la epilepsia en el núcleo familiar. “Un cambio en los hábitos de sueño de la familia que se traduce en la adquisición de conductas poco recomendables que hacen que el insomnio de los pacientes tenga un importante componente conductual”, apunta.
“Es importante tener horarios de sueño y mantenerlos estables en la medida de lo posible y, en el caso de los menores de cuatro años, respetar las siestas"
En base a los datos del estudio, un tercio de los 153 niños con epilepsia que componían la muestra dormía en la misma habitación que los padres y alrededor del 25% lo hacía en la misma cama. Casi cuatro de cada diez niños necesitaban la presencia de sus padres para poder conciliar el sueño y un 16% se dormía mientras usaba dispositivos electrónicos como tabletas o smartphones.
“Es importante tener horarios de sueño y mantenerlos estables en la medida de lo posible y, en el caso de los menores de cuatro años, respetar las siestas. Se recomienda crear un ambiente tranquilo y con una temperatura agradable en la habitación donde duerme el paciente, no abusar de pantallas, mucho menos en las horas previas a irse a la cama, y realizar ejercicio físico de forma regular, aunque no justo antes de dormir”, concluye la doctora Furones.