Tres años después de que irrumpiese en la sociedad la pandemia de COVID-19, la sensación general es de tranquilidad y de que todo ha pasado. Las mascarillas han desaparecido de casi todos los ámbitos de nuestra vida, excepto el sanitario, y el pasado martes la OMS aseguró que en “algún momento de este año”, se acabará la pandemia. Es decir, se dejaría de considerar esta enfermedad con una emergencia de salud pública de interés internacional. No obstante, y a pesar de la clara tendencia descendente, los datos invitan a seguir siendo cautos.
Según el panel Momo (ISCIII) de exceso de mortalidad, las 10 primeras semanas de 2023 han acumulado un total de 98.823 fallecidos. Son 807 decesos menos (-0,81%) que en el mismo periodo del año 2022, cuando se registraron 99.630. Un año en que el exceso de mortalidad aumentó considerablemente en verano, debido a la fuerte ola de calor que sufrió nuestro país, lo que no se refleja en estos datos. Esta cifra de fallecidos supone que en lo que va de año hay un exceso de mortalidad de 'sólo' 795 personas. Para hacernos una idea ese exceso de mortalidad en todo el año 2022 fue de más de 34.000 personas y en 2021 de 29.000.
España parece recuperar poco a poco la normalidad en exceso de mortalidad. Si comparamos las diez primeras semanas de los cinco años anteriores observamos que lo que llevamos de año mejora las cifras de mortalidad de 2022,2021 y 2018. Las cfiras actuales son peores que los años 2020 y 2019.
Las cifras de mortalidad en las diez primeras semanas de los últimos seis años son las siguientes:
- 2023: 98.823 fallecidos
- 2022: 99.630 fallecidos
- 2021: 105.912 fallecidos
- 2020: 92.600 fallecidos
- 2019: 97.356 fallecidos
- 2018: 103.645 fallecidos
Si nos centramos en 2023, la semana con más muertes es la sexta, con 10.246. Aun con todo, no se han observado factores externos destacables que puedan explicar este incremento, a pesar de ser un período muy gélido, en pleno febrero, y cuando se suelen multiplicar los contagios de enfermedades respiratorias como la gripe.
Sin embargo, se puede destacar claramente un descenso en la tendencia de decesos desde el año 2021, uno de los peores si acotamos las 10 primeras semanas del año. En 2021, la cantidad de muertes durante ese período fue de 105.912, cuando España se encontraba inmersa en plena tercera ola de coronavirus. Es reseñable la diferencia con el mismo período de 2020, con 92.600 decesos. Lo que quiere decir que de un año a otro aumentaron las muertes en 12.312 (+12,57%). Esto se debe, sobre todo, a que en dicho período la pandemia no había golpeado con fuerza en nuestro país y sólo se estaban registrando los primeros casos.
Es más, en el mismo período de 2019, un año antes de que comenzase la pandemia, se registraron 4.756 muertes más que el año siguiente (+4,89%), pues concretamente se llegó a la cifra de 97.356. Y si se compara con 2018, vemos que fueron 103.645. Es decir, que desde el año 2018 hubo una clara tendencia a la baja en el número de muertos registrados durante las 10 primeras semanas del año. Eso continuó hasta el año 2021, con la pandemia en pleno apogeo, y desde entonces los fallecidos han vuelto a descender.
Estos datos coinciden con los registrados por el Instituto Nacional de Estadística(INE) en las ocho primeras semanas de cada año, y se observa una tendencia descendente de corte similar desde 2021, cuando se registraron 88.438 fallecimientos, siendo que en 2022 hubo 91.897 y este año, 78.815.
EVOLUCIÓN DESDE 2020 EN LA UE
Durante todos estos años en los que la pandemia ha estado más presente, sobre todo los años 2020, 2021 y 2022, ha habido períodos en los que el incremento de muertes ha destacado más, coincidiendo con las diferentes olas de coronavirus.
A nivel de la Unión Europea, se registraron importantes picos de exceso de mortalidad en cuatro momentos concretos: abril de 2020 (+25,2%), noviembre de 2020 (+40%), abril de 2021 (+20,9%) y noviembre de 2021 (+26,5%). Mientras, el dato más alto de 2022 ha sido el +11,2% que se notificó en el mes de abril, la mitad que en el mismo mes que en años anteriores.
Habrá que esperar a la evolución del exceso de mortalidad este verano, si es que al final nuestro país sufre una ola de calor similar a la vivida en el año 2022.