Vacunas

Alfonso Vidal
Jefe de las Unidades del Dolor de los Hospitales Sur, La Luz y Valle del Henares de Quirónsalud

«La ignorancia engendra más confianza de la que con frecuencia engendra el conocimiento: son aquellos que saben poco, y no aquellos que saben mucho, los que afirman positivamente que tal o cual problema jamás podrá ser resuelto por las ciencias». Charles Darwin.

Durante este periodo de pandemia que no parece tener fin, es mucho el ruido que nos ha sustraído del sosiego necesario para pensar y repensar. Además, se ha prolongado sin solución de continuidad por la imprudencia y temeridad de personas, a las que no pondré edad, ni género, ni grupo étnico, porque es innecesario y superfluo.

Este carrusel permanente en el que se ha convertido nuestra vida, al menos desde hace 6 meses, anhela encontrar su bálsamo de Fierabrás en unas vacunas o, por mejor precisar, un conjunto de laboratorios intentan dar con la piedra filosofal que resuelva y disuelva esta pandemia de dimensiones colosales.

En todo proceso patológico debe haber una identificación y concreción del problema, una delimitación tanto de la geografía corporal como de la terrestre donde tiene su principal grado de afectación, para poder iniciar las investigaciones a fin de afrontar su resolución.

"Hasta la fecha la humanidad no se había enfrentado a una pandemia de dimensiones globales, sino parciales, y las macrocifras de afectados urgen una medida extraordinariamente acelerada y conjunta de todos los países"

Como ante cualquier dolencia lo ideal es evitar que surja y, si no es posible, intentar atender precozmente para disminuir los estragos. Uno de los pilares en la estrategia de la prevención es la vacunación, lo que conlleva estudios de seguridad, eficacia e impacto, ponderándose la protección que pueda brindar a una población determinada y expuesta al riesgo.

Esta fase es la más profusa, por cuanto hay que precisar tanto las tesis como las antítesis, para concretar una síntesis que apruebe o suspenda el comienzo de los ensayos clínicos, primero en laboratorio, luego en modelos animales y, una vez superados estos, comenzar con su validación en seres humanos. Todo ello siguiendo un riguroso procedimiento.

La selección de candidatos, en unos casos muy específicos, buscará a grupos diana y en otros, de forma aleatoria, se seleccionará a quien acepte en calidad de voluntariado. En estos procesos no existe el riesgo cero, pudiendo haber interferencias de otros procesos particulares, lo que lleva a paralizar el proceso hasta precisar la singularidad de la/s persona/s afectada/s.

Vacuna frente al Covid 19 (Foto: Freepik)

Este desarrollo que hemos descrito de forma lineal en breves líneas conlleva un trabajo de muchos años, décadas en algunos casos, pero hasta la fecha la humanidad no se había enfrentado a una pandemia de dimensiones globales, sino parciales, y las macrocifras de afectados urgen una medida extraordinariamente acelerada y conjunta de todos los países.

En los casos anteriores puede ser un laboratorio o un país quien lleve la iniciativa. En el caso del Covid-19 nos enfrentamos de manera paralela a la búsqueda de una solución que puede tener repercusiones multimillonarias y donde son muchos los países y laboratorios interesados en sacar patentes para afrontar este conflicto mundial, como si de una carrera contrarreloj entre potencias se tratara por ser los primeros en apuntarse el tanto.

Solo nos cabe esperar que, una vez confirmada su validez, testada su fiabilidad, su distribución sea universal, simultanea, equitativa y accesible para las personas de todos los países, evitando que surjan mercados paralelos y sucedáneos, adulterados en perjuicio de la salud de los más desfavorecidos. Pero esa es función de los gobiernos: procurar la seguridad sanitaria de sus habitantes y no especular por favorecer intereses espurios.

"En esta carrera hay que estar del lado de la ciencia y apostar por esta multiplicidad de salidas, pero más que nunca en toda nuestra Historia hay que exigir el máximo rigor porque está en juego la salud de quienes habitan este planeta azul"

Naturalmente a nadie se le escapa el negocio multimillonario que arrastrarían dichas patentes, no en vano seríamos 7.000mill./hab. los potenciales consumidores, así que echen cuentas. En esta carrera hay que estar del lado de la ciencia y apostar por esta multiplicidad de salidas, pero más que nunca en toda nuestra Historia hay que exigir el máximo rigor porque está en juego la salud de quienes habitan este planeta azul. Posiblemente también estén en juego las reglas que han regido las relaciones económicas y comerciales planetarias y su cuantía es aún mayor que el negocio que se derive de las vacunaciones.

Sin embargo, esto no debe hacernos perder la perspectiva sobre otras patologías también muy graves que en el primer mundo tienen mucha menor prevalencia, como la malaria o la tuberculosis, y que constituyen una gravísima amenaza para países en vías de desarrollo y para sus débiles y desprotegidos habitantes. Por dignidad humana y compromiso ético, no debiéramos abandonar a estos pueblos a su suerte sin compartir el progreso.

A veces los árboles no nos dejan ver el bosque y esta pandemia no puede oscurecer, ocultar, ni retrasar los laboriosos avances que se han dado en otros países menos afortunados y desarrollados y que podrían hacerles retroceder lo mucho avanzado. Todos formamos parte de un mismo mundo, no lo olvidemos.

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