Es de sobra conocido que la crisis de la Covid-19 ha provocado fuertes consecuencias a nivel económico, social y, por supuesto, sanitario.
No cabe duda que nos hemos enfrentado a desafíos casi impensables y que agentes de todos los sectores siguen trabajando a contrarreloj o transformándose de manera constante para adaptarse a la realidad que vivimos. Quizá ahora sea el momento de reflexionar, analizar lo que estamos aprendiendo de esta crisis sin precedentes y, en muchas ocasiones, incluso desaprender.
La pandemia ha puesto de manifiesto una vez más que la unión hace la fuerza. Algo que en AstraZeneca siempre hemos tenido muy presente, pero que, sin duda, hemos reforzado desde que comenzara la pandemia. Nuestra firme apuesta por la colaboración y por estar al lado de los pacientes y la sociedad en general se puso de manifiesto a través del acuerdo firmado con la Universidad de Oxford para el desarrollo, fabricación y distribución de una potencial vacuna para prevenir la Covid-19.
“Hemos ido un paso más allá trabajando estrechamente con gobiernos, organizaciones multilaterales y fabricantes de todo el mundo para establecer acuerdos que garanticen un acceso amplio, equitativo y sin ánimo de lucro a la vacuna”
Pero, además, hemos ido un paso más allá trabajando estrechamente con gobiernos, organizaciones multilaterales y fabricantes de todo el mundo para establecer acuerdos que garanticen un acceso amplio, equitativo y sin ánimo de lucro a la vacuna. Esta unión de fuerzas, sumada al esfuerzo de científicos de primer nivel, a nuestra experiencia y a nuestro compromiso por tener de nuestro lado siempre la ciencia y la innovación es, sin duda, una garantía de éxito.
Los últimos meses han dejado imágenes que no se borrarán de nuestra retina. Algunas duras pero otras esperanzadoras. Como los aplausos cada tarde para apoyar a los profesionales sanitarios por su heroico trabajo durante los meses más duros de la pandemia, aviones que volaban de un lado a otro del planeta repletos de material sanitario, hospitales adaptándose y desdoblándose en tiempo récord… Pero todas ellas tienen un elemento común. Todas y cada una de ellas ponen de manifiesto que la colaboración entre organismos públicos y privados y la unión de las personas son el único camino posible para poner fin a la crisis de la Covid-19 y a cualquier crisis futura.
2020 ha sido un año en el que se ha puesto de manifiesto la importancia de la investigación, la ciencia y la innovación además del diálogo continuo entre el sector público y el privado; un año para aprender a adaptarse a las nuevas circunstancias, para reinventarse. Pero, sobre todo, 2020 ha sido un año para unirse, colaborar y estrechar más lazos que nunca a pesar de la distancia. Será clave aplicar lo bueno que hemos aprendido tanto en el 2021 como en el futuro, para mirar adelante con ojos de optimismo.