El envejecimiento es un proceso fisiológico que condiciona cambios estructurales y funcionales con el paso de los años. Entre ellos hay que destacar la pérdida de masa del músculo esquelético y de la masa ósea. Hay que señalar la existencia de un dimorfismo sexual entre hombres y mujeres, que condicionan tanto la aparición y desarrollo de sarcopenia y osteoporosis como su prevención y tratamiento.
La disminución de masa muscular es mayor en varones, especialmente población sedentaria, si bien se iguala con las mujeres a partir de la menopausia. Además de estos cambios, factores como el sedentarismo, la malnutrición, enfermedades crónicas y algunos tratamientos farmacológicos contribuyen a la aparición de osteoporosis y sarcopenia. Ambos procesos están interrelacionados por lo que se considera más adecuada la denominación de osteosarcopenia. La osteosarcopenia supone un aumento del riesgo de eventos adversos en las personas mayores, incluyendo un mayor riesgo de caídas y fracturas óseas, aumento del deterioro funcional, dependencia, institucionalización y mortalidad.
El hueso y el músculo son tejidos con funciones interrelacionadas, de manera que los cambios en la masa ósea afectan a la masamuscular y viceversa, y su evolución en el envejecimiento se desarrolla de forma paralela. La sarcopenia y la osteoporosis tienen un origen multifactorial y presentan un desarrollo fisiopatológico paralelo, aunque no es bien conocido si los cambios se inician en el hueso o en el músculo. Las principales alteraciones del sistema musculoesquelético asociadas al envejecimiento son la disminución del número y tamaño de las fibras musculares y la disminución del número de osteoblastos.
Recientemente se ha destacado el papel del tejido adiposo en el desarrollo de alteraciones musculo esqueléticas, habíendose observado una asociación entre obesidad y osteosarcopenia
El sedentarismo y la falta de actividad física favorece la degradación proteica y la pérdida de masa muscular, así como la resorción ósea.Se han implicado diversos mecanismos fisiopatológicos que participan en la aparición de sarcopenia, entre ellos hay que destacar el aumento de estrés oxidativo debido a un aumento de la formación de especias reactivas de oxígeno, y de citoquinas inflamatorias del músculo. Ambos procesos están interrelacionados y se realimentan entre sí dando lugar a un estado inflamatorio crónico de bajo nivel.
Recientemente se ha destacado el papel del tejido adiposo en el desarrollo de alteraciones musculo esqueléticas, habíendose observado una asociación entre obesidad y osteosarcopenia. La infiltración grasa del músculo que aparece frecuentemente en el envejecimiento parece ser un mecanismo que contribuye a la sarcopenia. Los adipocitos además de la liberación de ácidos grasos producen una cantidad de citoquinas proinflamatorias, por ello en personas con osteoporosis y sarcopeniase han observado niveles séricos elevados de interleuquina-6 y factor de necrosis tumoral alfa (TNFa).
Se ha propuesto un posible mecanismo celular que podría afectar a la diferenciación de adipocitos, osteocitos y miocitos, que incluye diversos factores de crecimiento como IGF-1, miostatinas y citoquinas de origen adipocitario. Patologías como la obesidad, la diabetes y la malnutrición, podrían favorecer el desarrollo de osteosarcopenia. Hay que señalar además el papel de alteraciones de ciertos genes que podrían afectar a los tejidos muscular y óseo, y participar en el desarrollo de osteosarcopenia. Polimorfismos de los genes que codifican para los receptores de vitamina D, estrógenos y andrógenos, miostatina o actininaalfa, podrían estar implicados en la pérdida de masa ósea y muscular.
La osteosarcopenia se considera actualmente un síndrome geriátrico, debido a su elevada prevalencia, su relación con múltiples factores de riesgo, y estar directamente relacionada con enfermedades y con múltiples efectos adversos. Su prevención y tratamiento requiere un abordaje integral e idealmente, la participación de un equipo multidisciplinar. La prevención y tratamiento de sus factores de riesgo, especialmente patologías como la obesidad y la diabetes, o el estilo de vida está relacionado claramente con la aparición de osteosarcopenia.
La osteosarcopenia supone un aumento del riesgo de eventos adversos en las personas mayores, incluyendo un mayor riesgo de caídas y fracturas óseas, aumento del deterioro funcional, dependencia, institucionalización y mortalidad
Desde un punto de vista nutricional, la disminución de la ingesta de alimentos conduce a la pérdida de peso y a una pérdida de masa muscular. Las deficiencias en el conjunto de la dieta y/o de nutrientes específicos que resultan de una menor ingesta de alimentos están relacionados con el desarrollo de sarcopenia. Las dietas subóptimas y la mala nutrición son frecuentes en personas mayores, especialmente en individuos frágiles, y por lo tanto mejorar la dieta y la nutrición es una herramienta efectiva tanto para la prevención como para el tratamiento de la sarcopenia. Las intervenciones nutricionales sobre la ingesta proteica, calcio y vitamina D3, y las basadas en la actividad física, incluyendo ejercicios de fuerza y resistencia, contribuyen amejorar la masa muscular y ósea, aumentan la fuerza muscular,reducen las limitaciones funcionales, y previenen caídas y fracturas en las personas mayores.
Después de revisar las evidencias disponibles, se podría proponer que una dieta bien planificada funcione igual de bien, sea eficaz o posiblemente mejor, que la administración de suplementos nutricionales individuales para preservar la masa muscular y la función física en personas mayores. Sin embargo, es probable que los suplementos, como proteínas y ciertos micronutrientes importantes, puede ser más útiles para aquellas personas que no pueden seguir una dieta saludable debido a factores tales como el deterioro cognitivo o incapacidad para elaborar una comida. Por ello parece pertinente evaluar clínicamente el estado nutricional en personas mayores con riesgo de osteosarcopenia y fragilidad mediante encuestas que evalúen las características personales y socioculturales para lograr un adecuado perfil nutricional con el objetivo final de mantenerla masa muscular y ósea, y sobre todo los niveles adecuados de función física