Ante la COVID-19, lo primero que nos dicta el corazón es señalar nuestra solidaridad con el dolor de los familiares y allegados de las personas que nos han sido arrebatadas, así como el compromiso asistencial de la Asociación de Centros y Empresas de Hospitalización Privada de Madrid (ACHPM) con los afectados confirmados o los que se encuentran en la incertidumbre de saber si lo están.
Ahora bien, lo que viene inmediatamente después es explicar cómo estamos resolviendo esta situación. Estamos convencidos de que lo importante es dar todo lo que tenemos. Nunca nos arrepentiremos de este esfuerzo.
Asimismo, presenciamos, en estos tiempos de conmoción, ataques a la sanidad privada por parte de algunos medios y organizaciones con intereses partidistas aprovechando la situación actual. Desde mi punto vista, no es el momento de ninguna controversia política, lo que tenemos, de lo que disponemos en la Comunidad de Madrid, es de un sistema mixto de servicios sanitarios públicos y privados y lo que estamos haciendo es aprovechar al máximo su potencial para salvar vidas. Por favor, centrémonos en los aspectos positivos.
Nuestro minuto a minuto está dedicado a superar todas las incidencias y hacer lo imposible por incrementar todos los recursos
Siempre hemos estado, y ahora por mandato derivado del Estado de Alarma, a las órdenes de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid como Autoridad Sanitaria inmediata. La totalidad de nuestros recursos humanos (más de 69.000 profesionales) e instalaciones (48 hospitales con 239 quirófanos y 6.687 camas), están al completo y a plena disposición de la sociedad madrileña siguiendo las instrucciones dictadas por la Autoridad Sanitaria.
En ese sentido, estamos atendiendo a todos los pacientes que la Autoridad Sanitaria nos deriva dentro de su esquema de planificación y optimización de recursos. No puedo decir, sin embargo, que no tengamos enormes dificultades de toda índole, y nuestro minuto a minuto está dedicado a superar todas las incidencias y hacer lo imposible por incrementar los recursos, mantener nuestra proactividad y adaptarnos a cada nueva circunstancia, por muy dura que esta sea o que pueda resultarlo en el futuro.
Entre nuestros profesionales, al igual que los de los servicios sanitarios públicos, no hay distinciones en este aspecto, pues todos formamos parte del Sistema Nacional de Salud, y como tales se encuentran entre los colectivos más afectados por los contagios derivados de su trabajo exhaustivo y entregado. Para reforzar esa primera línea y el sobresfuerzo al que se están viendo sometidos, también estamos contratando más profesionales sanitarios dentro de las posibilidades, cada vez más escasas, de este sector laboral.
No debe olvidarse en ningún caso que además de la demanda de atención derivada de la actual pandemia, los centros sanitarios públicos y privados de la Comunidad de Madrid tienen que seguir prestando asistencia a la morbilidad habitual (ictus, infartos, roturas de cadera, descompensaciones de diabéticos e hipertensos, partos, accidentes, etc.). En condiciones normales, la sanidad privada madrileña presta servicios asistenciales a 2,6 millones de ciudadanos, el 40% del total de la población de la región.
Cumpliremos con nuestro deber hasta más allá del límite de nuestras posibilidades
Estamos en una situación crítica, en la que es necesario que todos rememos en la misma dirección para conseguir superarla con el menor daño que resulte posible. Es el momento de atender las recomendaciones de los expertos para mantener al mínimo las ocasiones de contagio.
Volver a la normalidad va a ser un camino arduo y muy posiblemente doloroso en muchos casos. Como sanitarios, reiteramos nuestro compromiso garantizado con la sociedad madrileña, siempre a las órdenes y a plena disposición del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Cumpliremos con nuestro deber hasta más allá del límite de nuestras posibilidades, con la entrega y disposición a la colaboración que siempre nos ha inspirado. Aquí estamos, para lo que se nos necesite y más: los pacientes son nuestro único referente.