La sanidad privada tiene su fundamento en la economía de libre mercado: libertad de empresa y libertad de elección de los pacientes. Una evidencia que, por nuestro ámbito de competencia, como Asociación de Centros y Empresas de Hospitalización Privada de Madrid (ACHPM), quiero focalizar en la Comunidad de Madrid. Es decir, presentarles en detalle, cómo en ese marco de libertad, nos desenvolvemos las empresas de la sanidad privada madrileña, y qué hacemos para ser merecedores de la elección de los pacientes en un escenario de garantía constitucional al Derecho a la Protección de la Salud con cobertura sanitaria universal.
Las razones son simples, aunque simultáneamente su articulación es complicada, dadas las dimensiones de nuestro sector en la Comunidad de Madrid. Vamos a empezar por lo segundo, puesto que ya hemos advertido que es lo más complejo. Hablamos de 58 empresas, con diferente forma jurídica, dimensión y actividad específica. Entre todas prestamos asistencia sanitaria por distintas vías (seguro sanitario privado, mutualidades de funcionarios, conciertos singulares, contratos con empresas, clientes directos, etc.) a 2,6 millones de ciudadanos, el 40% de la población de la Comunidad de Madrid. Para ello, según hemos explicado ya en otras ocasiones en estas páginas de ConSalud, contamos con más de 70.000 profesionales que desarrollan su actividad en 49 centros hospitalarios, que representan el 53,8% de la totalidad de hospitales de la región, aportando 6.744 camas, más de 250 quirófanos y un parque tecnológico actualizado y puntero.
La gran ventaja para los pacientes de la sanidad privada madrileña, que ejercen su libertad de elección al igual que sucede en la sanidad pública madrileña, es que la competencia entre nuestras empresas les proporciona servicios excelentes
La razón de nuestra propia supervivencia, lo habíamos avanzado, es muy simple: economía de libre mercado. Competimos entre nosotros implementando mejoras continuas para así dar mejor servicio a los pacientes. Un paciente satisfecho optará por confiar en el centro u hospital que le ha atendido. Uno disgustado escogerá otro que, en principio, le ofrecerá mejores perspectivas. La gran ventaja para los pacientes de la sanidad privada madrileña, que ejercen su libertad de elección al igual que sucede en la sanidad pública madrileña, es que la competencia entre nuestras empresas les proporciona servicios excelentes.
Todo importa. Los aspectos clínicos, esencia y fin último de cualquier servicio sanitario, y también los de confort, puesto que el paciente, doliente y extraído del ámbito de su hogar, necesita atención a sus deseos cotidianos que se han visto alterados y, cómo no, respeto y cariño.
La calidad percibida por cada paciente es algo muy subjetivo y depende de esa simbiosis de atenciones. Unas le van a ayudar a recuperar la salud o un mejor nivel de calidad de vida, otras afectan más directamente a su autoestima. Tengamos en cuenta que la salud no se suele percibir cuando disfrutamos de ella, es su ausencia, cuando estamos enfermos, la que nos permite reconocerla e intentar recuperarla. Ahora bien, esa es una situación en la que nos sentimos indefensos, desamparados ante algo desconocido y, consecuentemente, necesitamos todos los apoyos y todas las atenciones.
El grado de satisfacción por los servicios prestados por la sanidad privada madrileña es tan elevado que “el 92% de los entrevistados señala que podrían recomendarlos a familiares y amigos”
De hecho, estudios llevados a cabo por esta Asociación, han puesto de manifiesto que la calidad asistencial trasciende a la propia asistencia sanitaria. Cuando hemos planteado a los pacientes los motivos para escoger entre un servicio público o uno privado, en un caso particular y siempre contemplando que tienen la opción de elegir, los entrevistados se decantan por la sanidad privada al conceder más valor a: la información que reciben sobre su problema de salud, el trato personal recibido, el confort de las instalaciones, y la rapidez con la que les atienden. El grado de satisfacción por los servicios prestados por la sanidad privada madrileña es tan elevado que “el 92% de los entrevistados señala que podrían recomendarlos a familiares y amigos”.
Con relación a los servicios generales de nuestros centros y hospitales, en una escala graduada de 0 a 100, logramos sobresaliente en horarios de visita (93) y comodidad de las habitaciones (92); notable alto en limpieza de las instalaciones (89), confort de las instalaciones (88), alimentación y aseo (82). Nos otorgaron un aprobado raspado en facilidad de aparcamiento (52).
Se trata de servicios complementarios a la asistencia sanitaria, nuestra razón de ser, pero constituyen un valor añadido a esa simbiosis de factores que componen la calidad percibida. En conclusión y esto en nombre de todos los que componemos la ACHPM, que me honro en representar, es nuestro compromiso como empresas de la sanidad privada madrileña: seguir compitiendo en libertad para “dar a los pacientes más de lo que esperan”, nuestro más íntimo fundamento. Vaya nuestro más sincero agradecimiento a todos los que nos eligen, no les defraudaremos nunca.