La renovación de la financiación autonómica lleva demasiado tiempo sin abordarse, posiblemente, porque existen muchas incertidumbres derivadas de la situación política general. Ahora bien, es necesario emprender esta decisión puesto que de ellas depende la solución, o no, de la falta de equidad para los ciudadanos en función de su código postal, entre las que se encuentran las relacionas con la partida más abultada en los presupuestos de las Comunidades Autónomas: la sanidad.
Con las actuales reglas de juego, es decir, con la Ley Orgánica de 2009 que regula el Sistema de Financiación de las Comunidades Autónomas de Régimen Común, lo establecido es una serie de entregas a cuenta por parte del Estado, que se están produciendo con cuentagotas y sin plazos tasados, lo que origina importantísimas dificultades a las Comunidades Autónomas para elaborar sus propios presupuestos.
El Consejo de Política Fiscal y Financiera, que es el órgano en el que el Ministerio de Hacienda y los consejeros del ramo de las Comunidades Autónomas deben dilucidar la financiación autonómica, llevaba sin reunirse desde 2018 y pese a haberlo hecho recientemente no ha servido para resolver nada. Puede considerarse lamentable que este tema no tenga la prioridad de otros para el Gobierno de la nación, cuando, insistimos, de este asunto depende la financiación adecuada de los servicios que prestan las Comunidades Autónomas, entre ellos, la asistencia sanitaria. Sería deseable que, además de resolver todas las partidas pendientes de liquidación, se renovara, asimismo, el grado de consenso necesario para abordar un nuevo marco de financiación autonómica, teniendo en cuenta los cambios producidos desde 2009 en demografía, dispersión, servicios asumidos, e imperiosa necesidad de igualdad de todos los españoles en los servicios que reciben.
"No debemos quedarnos atrás en la inversión necesaria para disponer en cada momento de una tecnología sanitaria de primer nivel"
Esperamos que se imponga el sentido común y, con la intención de dar un paso más allá de la resolución de todos los problemas del día a día (nóminas, medicamentos, fungibles, catering, transporte sanitario...), nos gustaría llamar la atención sobre uno necesario para mañana. Decimos mañana, y no pasado mañana, porque entendemos que se trata de una necesidad que no se puede ni eludir, ni ignorar. Me refiero, en el terreno de la sanidad, a la inversión en tecnología.
El desarrollo de la tecnología médica es vertiginoso y cada vez más efectivo en términos de resultados en salud. Nos encontramos, por una parte, con el problema de la obsolescencia de muchos de los aparatos en uso. Según FENIN, patronal de este sector, en su reciente documento “Perfil tecnológico hospitalario y propuestas para la renovación de tecnologías sanitarias”, sería necesario invertir 1.600 millones de euros en cuatro años para revertir la situación actual de desfase. Desde la Federación de Asociaciones Científico Médicas (FACME) consideran indispensable conseguir “que se cumpla con la obligación política de dar asistencia moderna equitativa y eficiente, basada en criterios profesionales”.
La otra parte de esta ecuación es la innovación tecnológica, igualmente necesaria, que corresponde a nuestro nivel económico y social. No debemos quedarnos atrás en la inversión necesaria para disponer en cada momento de una tecnología sanitaria de primer nivel. En este sentido, merece la pena destacar el caso de la sanidad privada de la Comunidad de Madrid, que, a pesar de la situación de crisis económica, durante los últimos cuatro ejercicios ha invertido más de 20 millones de euros en alta tecnología, lo que implica que a nivel del conjunto público-privado, cuente con más de la mitad de los equipos de resonancia magnética (72) y de litotricia (8); y casi el 50% de los equipos de PET (8), mamógrafos (39) y densitómetros óseos (20).
"El parque tecnológico privado, junto con el público, convierten a la Comunidad de Madrid en el referente indiscutido de la tecnología sanitaria en España"
Nuestro punto de vista, como Asociación de Centros y Empresas de Hospitalización Privada de Madrid (ACHPM), es que la sanidad madrileña pública y privada, se encuentra en un nivel óptimo. Otra cuestión son las inequidades que se producen en otras Comunidades Autónomas y que por tradición histórica y justicia social terminamos asumiendo aquí. El parque tecnológico privado, junto con el público, convierten a la Comunidad de Madrid en el referente indiscutido de la tecnología sanitaria en España, según datos del Catálogo Nacional de Hospitales 2019 del Ministerio de Sanidad.
La oferta sanitaria privada de la Comunidad de Madrid, que da servicio directo al 40% de su población (2,6 millones de ciudadanos), que en función de la doble cobertura de la que disponen pueden optar por una u otra, supone una descarga efectiva del esfuerzo económico de las arcas públicas. Esa situación, unida a la excelente colaboración público-privada, nos ha permitido ascender y mantenernos en el idóneo nivel sanitario y tecnológico del que disponemos.
En definitiva, y volviendo al principio de estas reflexiones, es absolutamente necesario que en el menor plazo posible se despejen todas las actuales incertidumbres que planean sobre el sistema de financiación autonómica, para que se establezca un método justo de reparto para Madrid, y para el resto de las regiones de España.