El SARS-Cov-2 ha retratado las debilidades del Sistema Nacional de Salud que hacen necesarios cambios estructurales en grandes áreas y a nivel estratégico. Debe ser un compromiso de todos.
El 2020 ha sido un año condicionado por la pandemia de la COVID-19 que nos ha llevado a vivir la mayor crisis sanitaria en España, con más de tres millones de contagios – 130.000 de ellos profesionales sanitarios – más de 69.000 fallecidos según datos del Ministerio de Sanidad, pero más de 90.000 si atendemos al exceso de mortalidad del Instituto Nacional de Estadística o a los registros del Instituto Carlos III, estados de alarma, confinamientos, la esperanza en tratamientos adecuados o el desarrollo de vacunas en tan solo unos meses.
El SARS-Cov-2 nos destapó cuales han sido las debilidades de nuestro Sistema Nacional de Salud en materia de Salud Pública, un área con importantes deficiencias estructurales en temas de Vigilancia en Salud Pública y que se puso de manifiesto al principio de la pandemia. Es por tanto necesario reforzar la Red de Vigilancia para abordar la preparación del sistema ante futuras pandemias y la vigilancia de los problemas de salud de la población en el marco de la creación a nivel nacional de una Agencia de Salud Pública y Calidad Asistencial como así se aprobó en la Comisión de Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados en el mes de junio de 2020.
También se han evidenciado debilidades en el modelo asistencial que hacen necesario llevar a cabo reformas, con cambios en la estructura y funcionamiento del sistema (especialmente en atención primaria), en financiación, en cogobernanza, en coordinación sociosanitaria, en coordinación con Europa, en ordenación profesional…
En este año 2021 deseamos que pueda controlarse la pandemia, la vacuna es la gran esperanza que ha abierto la ciencia a millones de personas en España y en el mundo, necesitamos salir de la profunda crisis económica y social en la que estamos inmersos y fortalecer el Sistema Nacional de Salud que está dando la batalla en esta pandemia con su principal activo los profesionales sanitarios.
El SARS-Cov-2 nos destapó cuales han sido las debilidades de nuestro Sistema Nacional de Salud en materia de Salud Pública, un área con importantes deficiencias estructurales en temas de Vigilancia en Salud Pública y que se puso de manifiesto al principio de la pandemia
Para los profesionales sanitarios es urgente abordar cuestiones enquistadas relacionadas con sus retribuciones, con la adecuación de las plazas de formación a las verdaderas necesidades de coberturas, con el acceso a las plazas de difícil cobertura en zonas de la España despoblada, el desarrollo de la formación troncal de todas las especialidades en ciencias de la salud, o entre otras, el desarrollo de nuevas especialidades, o acabar con la precariedad laboral y temporalidad contractual o establecer planes estratégicos que permitan reforzar las plantillas en momentos de máxima tensión del sistema asistencial.
Debemos avanzar en inteligencia artificial, big data, blockchain, poniendo en marcha una Estrategia Nacional de Transformación Digital del Sistema Nacional de Salud con la coordinación del Ministerio de Sanidad con las Comunidades Autónomas e impulsar la I+D+i incrementando los recursos hasta alcanzar el 2% del PIB en los próximos años y establecer un Plan para el abordaje de las Terapias Avanzadas en el Sistema Nacional de Salud y una Estrategia de Medicina Personalizada o de Precisión para garantizar la equidad en el acceso a la innovación y contando con la participación de los pacientes.
Para lograr que el Sistema Nacional de Salud, que ha sido sometido a una presión sin precedentes, pueda seguir siendo uno de los mejores del mundo y uno de los pilares fundamentales de nuestro estado de bienestar, es necesario llevar a cabo reformas estructurales además de dotarlo con los recursos necesarios. Este debe ser un compromiso de todos, que nadie puede eludir y por eso ahora más que nunca todas las fuerzas políticas deberíamos alcanzar un Pacto de Estado (Pacto Cajal) por la Sanidad, dando acogida a las conclusiones de la Comisión de Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados.