Los pacientes con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) tienen el doble de riesgo de contraer coronavirus y, cuando esto ocurre, las posibilidades de fallecer se triplican. No pretendo con esta afirmación generar angustia ni alarmar, sino por el contrario, animarles a extremar la autoprotección, especialmente con los contactos cercanos, aunque sin renunciar, claro está, a una vida activa, totalmente necesaria, ya que la actividad física regular es relevante en el control de la enfermedad.
Esta información se desprende del estudio “Características y pronóstico de la COVID-19 en pacientes con EPOC” que han liderado el Hospital Universitario de Guadalajara y el de La Princesa de Madrid, el cual acaba de ser publicado en el “Journal of Clinical Medicine”. Según sus resultados, la tasa de mortalidad entre los hospitalizados con coronavirus y EPOC es del 9,3 %, frente al 3,4 % entre la población mayor de cuarenta años que padece sólo COVID-19. Se trata de una de las series más amplias de la literatura médica sobre el impacto de la COVID-19 en pacientes con EPOC utilizando análisis masivo de datos e inteligencia artificial, en concreto procesamiento del lenguaje natural sobre miles de historias clínicas electrónicas. La muestra incluye información de más de un millón de pacientes de Castilla-La Mancha, anonimizados con el fin de garantizar la máxima privacidad y seguridad, y han sido analizados entre los meses de enero y mayo, coincidiendo con el momento álgido de la pandemia.
La tasa de mortalidad entre los hospitalizados con coronavirus y EPOC es del 9,3 %, frente al 3,4 % entre la población mayor de cuarenta años que padece sólo COVID-19
Cuando surgieron los primeros casos de COVID-19, uno de nuestros principales desafíos en Savana fue el de conocer el impacto de esta enfermedad en las patologías respiratorias crónicas, así como proporcionar respuestas rápidas y predicciones clínicas de calidad. De hecho, otro estudio de los mismos investigadores sobre el impacto de la COVID-19 en pacientes con asma, que ha involucrado además al Hospital Ramón y Cajal de Madrid, entre otras instituciones, y que será publicado en breve en la revista European Respiratory Journal, revela que, entre los asmáticos la frecuencia de infección por coronavirus es también superior a la de la población general. No obstante, el impacto se considera bajo, porque a diferencia de la gripe y otros virus, resulta “menos evidente” la carga de morbilidad o índice de afección por el SARS-CoV-2 entre los asmáticos.
Los datos clínicos han revelado desde el inicio de la pandemia que la gravedad aumenta en pacientes hipertensos, diabéticos o con enfermedad cardiovascular. Pues bien, la EPOC representa la cuarta causa de muerte en el mundo y los afectados son más propensos a la cardiopatía isquémica y otros factores que los exponen a complicaciones asociadas a la COVID-19. Se trata de una de las enfermedades crónicas de mayor prevalencia, y una de las que más se diagnostican entre personas hospitalizadas, especialmente en invierno. Sus síntomas se evidencian a partir de los 40 ó 50 años y se complican con un progresivo aumento de la dificultad respiratoria, a medida que la enfermedad avanza. Aunque es una patología frecuente en adultos, lamentablemente el porcentaje de diagnósticos es muy bajo.
Así, los investigadores que han dirigido este estudio han descubierto a partir de los datos que los enfermos de EPOC muestran tasas más altas de diagnóstico de la COVID-19 respecto al resto de población mayor de 40 años con coronavirus, pero sin EPOC, con porcentajes del 2,51% y el 1,16%, respectivamente. Además, el nivel de hospitalizaciones por coronavirus en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica se sitúa en el 40%.
Un dato que nos ha llamado la atención sobre el perfil del paciente con EPOC más propenso a contagiarse con el SARS-CoV-2 es que se trata de un varón en 4 de cada 5 casos, con una media de edad es de 75 años y padece patologías añadidas (diabetes, arritmias, insuficiencia cardíaca, entre otras). Además, la neumonía es el diagnóstico más común entre pacientes con EPOC hospitalizados por coronavirus, y el 19% de los enfermos padece infiltraciones pulmonares sugestivas de neumonía e insuficiencia cardíaca.
"Tanto el estudio de la EPOC como el del asma son sólo una parte del Big COVIData, que hemos lanzado desde Savana como un ejercicio de responsabilidad social, sin ánimo de lucro, y que se trata de una desafiante investigación a la que invitamos a que se sumen más hospitales y centros de investigación"
Todo ello nos desvela con claridad la gravedad y letalidad que el coronavirus está causando en enfermos con esta patología respiratoria. Por ello, dicho una vez más, resulta de importancia abandonar hábitos nocivos como el tabaquismo y adoptar otros más saludables, como una alimentación equilibrada y la actividad física regular.
Tanto el estudio de la EPOC como el del asma son sólo una parte del Big COVIData, que hemos lanzado desde Savana como un ejercicio de responsabilidad social, sin ánimo de lucro, y que se trata de una desafiante investigación a la que invitamos a que se sumen más hospitales nacionales e internacionales y centros de investigación. Con ello, nuestro mayor propósito no es otro que acelerar la ciencia en salud y, sobre todo, ayudar a miles de pacientes en países de todo el mundo a mejorar su diagnóstico, tratamiento y pronóstico. La gravedad y las muchas incógnitas todavía pendientes en torno a esta enfermedad nos han animado a lanzar este análisis, que esperamos sirva de apoyo a la comunidad médica y científica, para que entre todos hagamos frente a los grandes desafíos de la pandemia.