Un bebé nacido en las últimas décadas del siglo XIX en nuestro país, tenía una esperanza de vida de tan solo 25-30 años. En 2023, en cambio, se espera que una persona en España pueda llegar a vivir una media de más de 84 años. Tenemos la inmensa suerte de disfrutar de más tiempo que en cualquier otro momento de la historia de la humanidad. Pero, aunque este aumento de la longevidad sea motivo de gran celebración, también plantea importantes desafíos. Sin ir más lejos, Europa es un continente que envejece. Más de una quinta parte de los europeos tiene 65 años o más y, según los expertos, esta tendencia demográfica irá al alza. La situación en España no es distinta: según las proyecciones del INE, en 2050 habrá prácticamente el doble de personas mayores de 70 años que niños. Nos encontramos frente al llamado “tsunami de plata”.
La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró oficialmente el actual decenio como la Década del Envejecimiento Saludable (2021- 2030) para llamar la atención sobre esta situación que, en unos años, puede tener graves consecuencias. La pandemia de COVID-19 ha resaltado las deficiencias de nuestros sistemas sanitarios actuales y ha acelerado la necesidad de evolucionar. Necesitamos un cambio de paradigma, un cambio hacia un sistema que sea efectivo, eficiente, sostenible a medida que la población suma años. Y, para lograrlo, en la prevención está una de las claves. Envejecer es una parte natural de la vida y, aunque no podemos detener el paso del tiempo, sí tenemos el poder de influir en cómo nos hacemos mayores.
No se trata sólo de vivir más tiempo, se trata de vivir mejor. Para ello, el envejecimiento saludable debe ser una prioridad tanto a nivel individual como desde la perspectiva colectiva; es decir, responsabilidad individual y autocuidado, pero también prevención colectiva para construir modelos pensados en el nuevo escenario demográfico al que nos encaminamos. Por ejemplo, no son sólo los niños los que necesitan controles anuales y seguir un calendario de vacunas. A partir de los 50 años, el sistema inmunitario se resiente, haciendo que el organismo sea más vulnerable a infecciones, el cáncer o enfermedades autoinmunes. Comer sano, dormir bien, hacer ejercicio, proteger la piel, vigilar la salud mental, cultivar las relaciones socioafectivas… son ingredientes fundamentales de la receta básica que nos ayudará, en muchos casos, a evitar convertirnos en pacientes y a tener control sobre nuestra propia salud. Y la vacunación para protegernos contra enfermedades prevenibles es otro de los ingredientes clave que debe integrarse como parte de este estilo de vida.
No se trata sólo de vivir más tiempo, se trata de vivir mejor
En definitiva, el futuro del cuidado pasa necesariamente por desarrollar estrategias y programas de salud preventivos para combatir el envejecimiento poblacional y el aumento de las enfermedades crónicas. Es esencial añadir vida a los años y no únicamente años a la vida. Eso solo es posible con un sistema de cuidados que esté a la altura del desafío. Y sí, el momento es ahora.
Desde GSK, como compañía biofarmacéutica con la mayor cartera de vacunas del mundo y con medicamentos que no solamente buscan tratar enfermedades, sino adelantarse al empeoramiento de los síntomas, seguiremos contribuyendo con nuestro I+D a desarrollar nuevas soluciones que sirvan al desarrollo social, económico y sanitario de nuestra sociedad.