Hace unos días Salvador Illa tomó posesión como Ministro de Sanidad sustituyendo a María Luisa Carcedo; un acto en el que las palabras “ilusión” y los agradecimientos fueron protagonistas.
Ahora es el turno de ponerse manos a la obra y los retos para este filósofo de formación están llenos de complejidad; aunque seguro que sus habilidades negociadoras le servirán para afrontar algunas “patatas calientes”. Expertos consultados coinciden en señalar algunos temas como los más inmediatos pero ¿cuáles elegirá como prioritarios?
Uno de los temas más relevantes es la eutanasia que aparecía también en los puntos acordados con Unidas Podemos en su acuerdo; es urgente ponerse en marcha para elaborar una Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia y ver cómo se materializa en la actividad de los hospitales.
¿Qué otros medicamentos entrarán y saldrán dels Sistema Nacional de Salud?
En el área de farmacia, poco antes del cambio de año, tuvo lugar un cambio normativo con la publicación del Real Decreto 717/2019 de 5 de diciembre que afecta a la autorización, registro y dispensación de fármacos; éste ha generado cierto malestar por “alargar los plazos en cuestiones que requerirían soluciones inmediatas, como es la implantación de la verificación de medicamentos, de los precios notificados y la eliminación del cupón precinto”, según el Observatorio del medicamento correspondiente al mes de noviembre de 2019.
También surgen voces que cuestionan la desfinanciación de fármacos de acción sintomática lenta (SYSADOA) que afectan a tratamientos como la artrosis (la enfermedad reumatológica más frecuente en España) y que además coincide en el tiempo con la financiación de CHAMPIX, un tratamiento para la deshabituación tabáquica. ¿Qué otros medicamentos entrarán y saldrán del Sistema Nacional de Salud?
El “Plan para Proteger al Paciente de Pseudoterapias” es otro tema en marcha y en el que está previsto publicar conclusiones en los próximos meses. Ahora, surgen voces que muestran su incomodidad por cómo se está gestionando y consideran que hay tres “puntos débiles”: la posible “parcialidad” de los evaluadores, la metodología seleccionada y un posible conflicto legal.