Solía decir un viejo maestro universitario que una de las principales virtudes del médico era su capacidad de persuasión sobre el paciente, porque ha de irse de la consulta con la absoluta convicción de que las consideraciones y orientaciones que le han dado son las más adecuadas a su situación.
He departido en muchas ocasiones con amistades de otras áreas del conocimiento y, por lo general, siempre aparece el concepto de venta como el objetivo primordial del médico, lo que me parece una banalización del quehacer médico y una simplificación injusta, como si existiese un interés por vender baratijas y otras fruslerías.
Aprovecho para enorgullecerme de mi origen humilde como hijo de tenderos, pero mi actividad sanitaria, lejos de emular la de mis padres, no trata de vender ninguna mercancía, sino buscar soluciones en ese complejo mecanismo que llamamos cuerpo humano, desentrañando sus misterios, intentando afrontarlas múltiples amenazas a nuestra salud y orquestando fortalezas tanto naturales como las artificiales que nos hemos dotado como sociedad.
"No siempre las personas toman las mejores decisiones para su salud, perjudicándola con malos hábitos de vida, ciertos consumos u otro tipo de excesos"
Mente y cuerpo interactúan en un contexto físico, familiar y cultural. Los sanitarios diseñamos el retorno al equilibrio, mostrando el mejor paquete para esa ruta, confrontando una realidad y, desde una visión profesional, ofreciendo medios para que la persona elija autónomamente, asumiendo la responsabilidad y consecuencias de su elección.
Decía el matemático francés Blaise Pascal que "el arte de persuadir consiste tanto en agradar como en convencer, ya que los hombres se gobiernan más por el capricho que por la razón". No andaba desencaminado, porque no siempre las personas toman las mejores decisiones para su salud, perjudicándola con malos hábitos de vida, ciertos consumos u otro tipo de excesos.
Conste que por lo general la predisposición es muy buena, pues en algunos casos acuden en primera instancia, pero en no pocas ocasiones somos la última solución, in extremis, cuando el mal causado ya ha erosionado sin remedio, de ahí que tantas veces apelemos a la prevención que facilita la detección precoz de muchas patologías.
"Pocas profesiones generan mayor beneficio que la sanitaria y el código deontológico o juramento hipocrático nos impulsa a producir el mayor bienestar para nuestros pacientes sin necesidad de venderles motos, enciclopedias o yogurteras"
Para tratar de orientar, e item más, reorientar ciertas derivas o simplemente trayectorias desviadas, hace falta una gran capacidad de persuasión para inocular en el cerebro del paciente que debe cambiar su conducta y su consumo si quiere seguir viviendo con cierta calidad. También hay comportamientos cerriles y perseverantes de quienes creen tener la razón pese a los perjuicios que ello les causa, simplemente por el efecto placebo que les genera o por una suerte de ritualismo que no siempre desean sortear.
No entiendo la persuasión como la coacción, derrota o claudicación de la voluntad, sino más bien como un acto de conversión donde la fuerza de los argumentos se impone a la razón de la fuerza. Pocas profesiones generan mayor beneficio que la sanitaria y el código deontológico o juramento hipocrático nos impulsa a producir el mayor bienestar para nuestros pacientes sin necesidad de venderles motos, enciclopedias o yogurteras.
Nuestra misión en esta encrucijada de intereses y créditos es facilitar y compartir el modo de ver la realidad y ponerla a disposición de personas que viajan por la vida buscando propósito y destino. Debemos trasmitir la información del modo más adecuado a la comprensión y así facilitar la elección. Es la eterna pregunta al conejo Humpty Dumpty “¿qué camino he de seguir? ¡Depende de a dónde quieras ir!”
En la mayoría de las ocasiones tendrán más peso las evidencias científicas y los resultados monitorizados, pero la retórica y dialéctica médicas a la hora de persuadir al paciente para que torne al equilibrio serán ingredientes facilitadores de considerable magnitud.