En 1981 fue diagnosticado el primer caso de Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (sida); se acaban de cumplir, por tanto, 40 años del primer diagnóstico de VIH en el mundo. El sida provocó una pandemia que ha supuesto la pérdida de 36,3 millones de vidas. A pesar de los avances médicos las personas infectadas con VIH continúan sufriendo el estigma y aislamiento en nuestra sociedad, algo que sienten en primera persona.
Según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA), en el año 2020, en todo el mundo 37,7 millones de personas vivían con el VIH, en el mismo año 1,5 millones de personas contrajeron la infección y 680.000 murieron a causa de enfermedades relacionadas con el sida. En España se calcula que 150.000 personas viven con el VIH y cerca de 4.000 personas se infectan cada año.
Desde 2010, las nuevas infecciones por el VIH se han ido reduciendo alrededor de un 31% en el mundo; la mortalidad ha disminuido un 53% entre las mujeres y niñas y un 41% entre hombres y niños. Los fallecimientos asociados al sida han caído un 64% desde su punto más alto en 2004. Pese a que los datos muestran una realidad indiscutiblemente mejor respecto a décadas anteriores, la velocidad de descenso dista mucho del objetivo impulsado por ONUSIDA.
La prevención y el diagnóstico precoz son fundamentales. La disponibilidad de fármacos antirretrovirales y el inicio temprano del tratamiento han permitido dificultar la transmisión del virus. Las personas que inician tratamiento antirretroviral evitan la replicación del VIH en su organismo, es una poderosa herramienta para la prevención de la transmisión.
El Gobierno de España se ha comprometido a continuar realizando esfuerzos para poner fin a la epidemia del sida y así poder alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2030
El Gobierno de España, socialista, ha impulsado la introducción de la toma de antirretrovirales de manera preventiva (PrEP) en el Sistema Nacional de Salud, en noviembre de 2019. Es una medida adicional de prevención para personas con riesgo elevado de infección. El acceso a esta opción se extenderá a cualquier persona vulnerable al VIH a partir de los 16 años.
El estigma y discriminación a personas con VIH tiene un impacto negativo en su calidad de vida y puede disminuir el alcance de las medidas de salud pública orientadas a acabar con el virus. Por ello, es necesario poner en valor la aprobación, en noviembre de 2018, del Pacto Social por la No discriminación y la Igualdad de Trato asociada al VIH. En este sentido, se ha avanzado con importantes medidas, como la eliminación del VIH como causa de exclusión genérica en el acceso a la función pública.
El Gobierno de España se ha comprometido a continuar realizando esfuerzos para poner fin a la epidemia del sida y así poder alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2030. Con la reciente creación de la División de control de VIH, ITS, Hepatitis virales y Tuberculosis se contribuirá al cumplimiento de dichos objetivos. El abordaje transversal de estas enfermedades está presente en las estrategias globales de eliminación en la Agenda 2030.
En esa línea, se persigue lograr los “Objetivos 95” del año 2030. Es decir, que el 95% de las personas con el VIH estén diagnosticadas; que el 95% de ellas estén en tratamiento y que las personas con el VIH tengan una buena calidad de vida y no sufran discriminación debido a su enfermedad. Todo ello unido a evitar nuevas infecciones por VIH, medido como la reducción del 90% de los nuevos diagnósticos de VIH con respecto a 2010. El partido socialista se sumó en 2021 con un manifiesto que reconoce y agradece la labor de todos los profesionales que trabajan en la prevención, atención y respuesta ante esta enfermedad.