El año 2020 ha sido un año convulso, extraño, marcado por el ruido que ha generado la pandemia COVID-19 a nivel sanitario, social y económico. Nunca se había vivido una pandemia en tiempo real y nunca se había dedicado tanto tiempo y espacio a hablar de un “simple” y microscópico virus.
En esta tribuna de opinión, sería natural describir cómo OXIMESA y Nippon Gases Healthcare, se han desenvuelto en la pandemia, cómo han sido capaces de sacar lo mejor de sí y convertirse, cada uno en su sector, en un elemento esencial en la lucha contra el COVID, demostrando compromiso, dedicación y profesionalidad en tiempos increíblemente difíciles.
Pero me van a permitir aprovechar estas líneas, no para hacer un monográfico del COVID-19, y sí para compartir el año 2020 que hemos vivido internamente en la compañía. El año 2020 ha sido el año de establecer nuevas formas de hacer las cosas, el año del cambio, un año donde hemos tenido claro que no existe un mundo real y otro virtual, sino que somos las mismas personas interactuando en diferentes escenarios.
En el 2020 Oximesa Nippon Gases se ha reafirmado como una gran marca, dejando atrás la concepción de empresa gasista clásica, transformándose en una auténtica empresa “value-based healthcare” destacando su compromiso, dedicación y profesionalidad
Un año en el que la empresa ha madurado “digitalmente” a pasos agigantados, pero, sobre todo, un año donde la gestión emocional y del talento de todo el equipo ha sido nuestra prioridad absoluta y de lo cual me siento orgulloso como Director General. Valores como la diversidad, la inclusión y el sentido de pertenencia facilita que cada profesional de la compañía muestre su mejor versión, y eso es para nosotros la verdadera clave del éxito.
En el 2020 Oximesa Nippon Gases se ha reafirmado como una gran marca, dejando atrás la concepción de empresa gasista clásica, transformándose en una auténtica empresa “value-based healthcare” destacando su compromiso, dedicación y profesionalidad.
La innovación ha permitido consolidar la tecnología en nuestra actividad asistencial, alcanzando un nivel de digitalización de procesos impensable hace solo un año. La plataforma tecnológica de Oximesa, dotada de algoritmos e inteligencia artificial, se ha posicionado como el eje vertebrador de la excelencia en la compañía. Pero nada de esto tendría sentido sin el paciente, entendido desde una perspectiva holística e integral, donde la medicina individualizada y la humanización nos ha permitido ofrecer nuevos servicios de gran valor centrados en el paciente, además de ser únicos e innovadores.
Se dice que el mundo se mueve haciendo cosas que alguien dijo que no podían hacerse, y ese ha sido uno de los principales retos a los que se ha enfrentado Oximesa durante este particular año. Sabemos que lo que nos define no es de dónde venimos sino adónde vamos y este camino no queremos recorrerlo solos. La colaboración con universidades, empresas de tecnología, profesionales y asociaciones de pacientes, ha permitido enriquecernos y situarnos a la vanguardia de la salud digital, sentando las bases de la inteligencia colectiva, donde sólo hay lugar para la creatividad y el talento.
En definitiva, podríamos decir que en el año 2020 hemos añadido el prefijo “i” a la palabra Oximesa, “i” de importante, imprescindible, innovadora, imaginativa, infatigable, igualitaria, integradora… pero si me tuviera que quedar con una “i”, destacaría la que mejor define el papel que va a jugar i-Oximesa en el futuro inmediato, la indudable “i” de “influencer”, para pacientes, profesionales sanitarios y otros stakeholders de la compañía.