Mirar hacia delante

Alfonso Vidal
Jefe de las Unidades del Dolor de los Hospitales Sur, La Luz y Valle del Henares de Quirónsalud

Avanzar sin mirar atrás, proseguir el camino, dejar de lado lo que ya no nos sirve, olvidar los malos tragos, habiéndolos tan buenos, eludir las malas compañías, habiéndolas tan buenas, marcarse nuevos retos, fijarse interesantes propósitos… Es la mejor manera de arrancar un nuevo año, el que acaba de empezar.

El siglo XX por un lado tuvo unos felices años 20 de transgresión y evolución, pero por otro de violencia y crisis al final, en 1929… Nada indica que deban repetirse idénticos modelos un siglo después.

Extraer las enseñanzas de las experiencias vividas es lo que nos permite crecer, porque al menos ya no repetimos los errores de antaño, sacar conclusiones a ser posible positivas nos ayuda a vivir de manera más positiva que hurgando en la herida, sobre todo sin guantes, lo cual es muy poco profiláctico.

"Sacar conclusiones a ser posible positivas nos ayuda a vivir de manera más positiva que hurgando en la herida, sobre todo sin guantes, lo cual es muy poco profiláctico"

Todo aquello que ha transcurrido va rellenando la mochila que llevamos y a veces hay que aligerar para prescindir del peso innecesario. Sí, ya sé que hay lastres que debemos soltar, como hacen los globos aerostáticos, para avanzar, sea hacia delante o hacia atrás.

Decenas de miles de pacientes me han permitido aprender e incorporar experiencias y ponerlas al servicio de quienes han solicitado mis servicios con posterioridad. Han sido mi escuela y por ello me siento privilegiado. Les he tratado con la mayor empatía de que soy capaz. Aprender de los errores propios y ajenos me ha servido para llevar en la mochila lo imprescindible.

Mirar hacia delante implica otear el horizonte, conlleva buscar un punto de fuga, que oriente los propósitos a los que dirigirnos, porque “siempre hay algo bueno en este mundo por lo que vale la pena luchar”, como dijo J.R.R. Tolkien.

Camino

No todos los caminos son fáciles, ni los pueden transitar todos, a veces hay que serpentearlos, a veces fraccionarlos en etapas, otras esquivarlos y buscar rutas alternativas para llegar al mismo destino, y si bien no hay que rendirse nunca es verdad que es más inteligente ahorrar esfuerzos baldíos y si es preciso descansar o incluso aprender a renunciar o replantearse metas y objetivos.

En nuestro largo periplo nos acompañarán y acompañaremos a diferentes viajeros, cada uno de los cuales seguirá una parte del trayecto, más larga, más corta… Los llamamos padres, hermanos, primos, sobrinos, y más tarde pareja, hijos, nietos… familia en definitiva…

Pero no entenderíamos la esencia del recorrido sin amistades, compañeros de estudio, de trabajo, de partida de bolos… y porqué no decirlo, sin rivales ni enemigos, que osan seguir nuestras huellas, de los que también aprendemos y mucho para saber cómo evitar sus zancadillas, aunque tropezar y no caer… ya saben que es avanzar terreno. También permanecer tiene cierto aire de triunfo.

"Decenas de miles de pacientes me han permitido aprender e incorporar experiencias y ponerlas al servicio de quienes han solicitado mis servicios con posterioridad"

Mirar hacia delante nos abre nuevas perspectivas, nuevas ilusiones, nos ayuda a aprender de nosotros mismos, a conocernos mejor, a fortalecernos por dentro, a ganar en seguridad y entereza ante la adversidad, superando todos los baches para no quedarnos atrás, anclados en el pasado, en ese camino como dijo Machado “que nunca se ha de volver a pisar”.

“No hay terreno farragoso sino mal calzado”, me dijo una vez un senderista en medio de la montaña. No creo que fuera el fantasma de las navidades pasadas, pero no lo he olvidado y he tratado de aplicarlo en mi consulta. Hay que proveerse siempre de los mejores medios a nuestro alcance porque de lo contrario, solo tendremos dificultades y nos sobrarán las excusas.

Hay caminos que son iniciáticos, otros son atajos, pero con mayor pendiente y dificultad, otras largas travesías, otras veredas para amables paseos. De todos podremos aprender; ocasionalmente un alto en el camino nos permite revisar la trayectoria y las desviaciones de la ruta prevista para corregirla a tiempo. Bastará con fijarse y no taparse los ojos ¡Feliz y saludable 2020!

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