En una sociedad en la que los cambios tecnológicos se suceden a gran velocidad y afectan a todos los ámbitos de nuestra vida, la información sobre salud y enfermedad se multiplica y es fácilmente accesible a través de cualquier dispositivo conectado a internet. Esa proliferación de información sobre hábitos y comportamientos en relación a la salud y la enfermedad, facilitan el autodiagnóstico y lo que es más peligroso: la autoprescripción y la automedicación.
La apariencia de solvencia y credibilidad de la información accesible a través de internet, de fuentes a veces difíciles de identificar, crea la falsa sensación de estar ante criterios científicos irrefutables, con el mismo valor que los emitidos con rigor por un verdadero especialista. Estas informaciones deberían, en el mejor de los casos, servir de guía para ayudarnos a tomar la decisión de acudir a la consulta de un profesional, pero nunca a sustituirlo y menos, a adoptar decisiones por nuestra cuenta sin supervisión experta.
Los estudios muestran que esta es una práctica creciente: 6 de cada 10 españoles utilizan internet para informarse sobre salud, la mitad de ellos para conocer el alcance de síntomas propios o de algún familiar o para intentar averiguar a qué obedecen. La realidad es que dos de cada tres veces, el resultado de ese “autodiagnóstico” es erróneo.
"Seis de cada 10 españoles utilizan internet para informarse sobre salud, la mitad de ellos para conocer el alcance de síntomas propios o de algún familiar o para intentar averiguar a qué obedecen"
El problema se agrava porque un alto porcentaje de los ciudadanos acaba automedicándose. Frente a esta situación, las compañías médicas debemos ser capaces de trasladar a la sociedad la confianza en la capacidad del médico para diagnosticar y tratar la enfermedad realizando todas las pruebas que sean necesarias, siempre con el aval de la Ciencia.
ASISA es plenamente consciente de los cambios que se están produciendo en nuestra sociedad como consecuencia del impacto de la innovación tecnológica y de la potencia de las transformaciones que la inmediatez de la información proporciona.
También somos conscientes de los derechos que amparan al ciudadano en lo relativo a su autonomía para afrontar cualquier vicisitud relativa a la protección de su salud y a las expectativas concretas de sus procesos de enfermedad. Por eso trabajamos en el desarrollo de herramientas tecnológicas, apps, chats médicos, etc., que faciliten a nuestros asegurados el acceso al profesional de su elección de manera rápida, a través de diferentes dispositivos, y en cualquier momento, pero siempre con la seguridad y la tranquilidad de que sus necesidades serán atendidas por un verdadero profesional debidamente acreditado.
"Ninguna tecnología podrá nunca sustituir la capacidad del médico para informarle, empatizar con su situación y ofrecerle la información necesaria para ejercer realmente su autonomía como paciente"
Ninguna tecnología podrá nunca sustituir la capacidad del médico para informarle, empatizar con su situación y ofrecerle la información necesaria para ejercer realmente su autonomía como paciente. Ofrecer a las personas el mejor cuidado es el objetivo esencial de ASISA, el eje de todo lo que hacemos y la mejor experiencia que hemos acumulado durante más de 40 años en los que nuestros profesionales han realizado millones de diagnósticos y tratamientos y han ayudado a millones de personas a recuperar la salud.
En la sociedad de la información, los pacientes tienen el derecho, los medios y la capacidad de estar informados sobre el cuidado de la salud y a participar en la toma de decisiones sobre su propia situación cuando enferma. ASISA siempre ha defendido la libertad de relación del paciente con el profesional de su elección, que es el principio elemental de defensa de su autonomía. Un principio que promueve entre sus profesionales y en sus centros médicos