La sanidad en España es universal, gratuita y de excelencia. Mantener este modelo es un objetivo compartido por administraciones, profesionales y pacientes que, sin embargo, plantea desafíos que no se pueden ignorar. Contamos con una población en aumento y con una esperanza de vida mayor, hay un incremento de la cronicidad y debemos incorporar cada día tratamientos y terapias innovadores. Esta situación se repite en todos los países de nuestro entorno, en todas las CC AA y, de manera especial, en aquellas con factores como una densidad de población mayor.
Con más de 7 millones de habitantes, la Comunidad de Madrid es la de mayor densidad de población en nuestro país y acoge la tercera zona urbana más poblada de Europa, sólo superada por París y Londres.
El Gobierno autonómico madrileño es consciente de que los ciudadanos le han confiado hacer frente a estos retos y asegurarles la mejor asistencia sanitaria cuando la necesitan. Por eso, la Comunidad, con la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, a la cabeza, mantiene un modelo garantista, que se apoya en sus mejores activos: unos profesionales excelentes en todas las áreas, infraestructuras y hospitales de referencia, innovación tecnológica y el convencimiento de que la colaboración público-privada es fundamental, en sus diversas modalidades actuales, para ofrecer el mejor servicio a los pacientes.
El Gobierno autonómico ha demostrado su apuesta por la colaboración público-privada, configurando un marco estable que da tranquilidad a profesionales y pacientes y garantiza el correcto funcionamiento del sistema
Como ha dicho en más de una ocasión la presidenta Ayuso, la sanidad “es una de las señas de identidad de la Comunidad de Madrid”, y esa sanidad es un todo, en la que conviven recursos públicos y privados al servicio de los pacientes.
Madrid no es la única, pero sí un modelo. Todos los Gobiernos autonómicos, de todos los colores políticos, en el ejercicio de sus competencias, han adoptado en las últimas décadas y mantienen a día de hoy, distintos acuerdos de colaboración con la sanidad privada (conciertos parciales, sustitutorios, uso público de la red hospitalaria privada…), para garantizar el acceso a una asistencia de calidad de todos sus ciudadanos.
Han sido muchos los modelos ensayados, y de ellos han surgido algunos de los actuales proyectos sanitarios de mayor éxito, que claramente funcionan con un alto grado de satisfacción en nuestra comunidad y es por ello que es una “formula” que, en beneficio de los pacientes, se mantiene en nuestra comunidad.
Fuera de nuestras fronteras, la colaboración público-privada en Sanidad es también una fórmula habitual. Sin necesidad de ir muy lejos, el Gobierno del socialista António Costa en Portugal está apostando en los últimos años por esta fórmula.
En el caso de Madrid, su presidenta ha reconocido el papel que ha tenido la colaboración público-privada en momentos difíciles, como la pandemia, y ha manifestado que “si todos los que formamos parte del sistema sanitario trabajamos juntos, podremos sortear todos los retos que tenemos por delante”. En consonancia con esta postura, el Gobierno autonómico ha demostrado su apuesta por esta colaboración, configurando un marco estable que da tranquilidad a profesionales y pacientes y garantiza el correcto funcionamiento del sistema.
La Comunidad de Madrid destina algo más del 11% de su gasto sanitario a conciertos con la privada (un porcentaje moderado, lejos del 24% de Cataluña). De este modo, la sanidad pública y la privada en Madrid mantienen una interdependencia derivada de estos conciertos y, además, comparten profesionales, equilibran los flujos de acceso y se complementan en tecnología y es por ello que entendemos es un modelo que esta reportando satisfacción a todas las partes y en especial a los pacientes, beneficiarios principales del mismo.
Tenemos una sanidad pública fuerte, con un largo camino de avances por recorrer y la sanidad privada, con sus esfuerzos inversores debe seguir apoyando este modelo de cooperación, que es el que demanda la sociedad
El resultado de toda esa cooperación y reciprocidad es un beneficio mutuo y también, una apuesta por la eficiencia. Un trabajo conjunto para aprovechar al máximo los recursos y procurar la sostenibilidad del sistema. Si se tienen en cuenta los conciertos, la sanidad privada asume casi un tercio de las estancias hospitalarias y más del 40% de las intervenciones quirúrgicas.
La colaboración público-privada en sanidad, por tanto, revitaliza el sistema y lo hace de manera eficiente y con garantías. Tenemos una sanidad pública fuerte, con un largo camino de avances por recorrer y la sanidad privada, con sus esfuerzos inversores debe seguir apoyando este modelo de cooperación, que es el que demanda la sociedad.
La Sanidad es una de las competencias a la que mayor presupuesto y relevancia otorga el Gobierno autonómico, desde el compromiso con la mejora de la salud y de la asistencia sanitaria a los madrileños. La sanidad privada ha sido, es y seguirá siendo el aliado en quien confiar para alcanzar esta meta.