El Sistema Nacional de Salud (SNS) se encuentra muy lejos de ser homogéneo. El gasto sanitario por habitante y año de las distintas Comunidades Autónomas (datos de 2021 del Ministerio de Sanidad) presenta una media de 1.716 euros, con cinco Comunidades que se encuentran por debajo hasta un mínimo de 1.486 euros, y otras doce con un gasto por encima de la media hasta un máximo de 2.073 euros. Una diferencia excesiva que, por otra parte, no se corresponde con una evaluación de las necesidades sanitarias derivadas de la morbilidad, el envejecimiento y la dispersión, sino que se deriva directamente en las prioridades que fija cada región (algunas dedican en 25% de su presupuesto a la sanidad y otras llegan hasta el 40%), condicionadas, a su vez, por el retraso de la negociación sobre la financiación de las comunidades autónomas. El propio análisis del Ministerio reconoce como una de las causas de estas oscilaciones las variaciones en cobertura, pública y privada, de algunas comunidades, aunque no profundiza en el análisis de las causas.
"La Comunidad de Madrid es la región con el mayor PIB, 234.639 M€ millones de euros y, además, dispone de un Gobierno regional que defiende las libertades de los ciudadanos y está fuertemente comprometido en el respeto a los compromisos suscritos con las empresas"
Si nos ceñimos a la Comunidad de Madrid, esta se encuentra en una posición de ventaja. Se trata de la región con el mayor Producto Interior Bruto de España (PIB), 234.639 M€ millones de euros y, además, dispone de un Gobierno regional que defiende las libertades de los ciudadanos y está fuertemente comprometido en el respeto a los compromisos suscritos con las empresas. Por otra parte, hay que recordar que la Comunidad de Madrid es la región española con un mayor porcentaje de ciudadanos titulares de seguros privados de salud (38,1%, frente a la media nacional del 24,4%), sumando 2.567.365 asegurados de prestación de servicios.
A todo esto, hay que sumar un escenario de población envejecida, una realidad que no se puede ignorar. Con una situación actual de un 20,2% de la población mayor de 65 años y unas previsiones de que lleguen al 25,0% en 2030 y al 30,2% en 2040, el paradigma de la oferta de servicios sanitarios tiene que adaptarse a ese cambio que implica una mayor prevalencia de patologías crónicas y de dependencia. Por ello, me gustaría recalcar la importancia de la colaboración público-privada una vez más porque todos, absolutamente todos, tenemos que colaborar juntos para hacer frente a la realidad de nuestro país.