En el objetivo de hacer sostenible nuestro sistema sanitario uno de los retos a los que podemos y debemos hacer frente es al incremento de la productividad de nuestros hospitales.
En las últimas décadas, gracias a la mejora de los procedimientos diagnósticos, quirúrgicos y la introducción de innovación en nuevos fármacos y tecnología, se han incrementado los procedimientos ambulatorios, aquéllos que permiten no ingresar a un paciente, así como la reducción de la estancia media en nuestros hospitales de infinidad de patologías. Estos dos aspectos han permitido mejorar la productividad de nuestros hospitales y posibilitar tratar a un mayor número de pacientes.
No obstante, hay numerosa literatura nacional e internacional que cifra en más de un 30% la posible mejora de productividad incorporando prácticas de eficiencia e innovación en la gestión de los hospitales.
Los mejores hospitales, en términos de calidad y productividad, tienen cuatro características distintivas: un fuerte liderazgo por parte de sus gestores y clínicos, la estandarización de sus protocolos y guías clínicas que reducen la variabilidad de su práctica clínica, el uso de tecnología en la gestión y cuidados de la enfermedad y la focalización en la gestión del talento de sus profesionales.
"Son tres los grandes facilitadores para la mejora de la productividad en nuestros hospitales: los sistemas y procesos del hospital, los profesionales y la tecnología"
Así, podemos concluir que son tres los grandes facilitadores para la mejora de la productividad en nuestros hospitales. En primer lugar, los sistemas y procesos del hospital. Es importante poner especial foco en la estandarización de la práctica clínica y la mejora de la gestión de las urgencias con protocolos según la mejor evidencia científica, desarrollo de prácticas y dispositivos para la monitorización en el domicilio del paciente como alternativa viable de seguimiento efectivo en pacientes no agudos, así como la máxima integración del hospital con otros dispositivos asistenciales (atención primaria, atención socio-sanitaria, atención mental, servicios sociales, etc…)
En segundo lugar, los profesionales. En un sector como el sanitario donde la innovación es continua es absolutamente necesario que el sistema garantice una capacitación y formación constante de todos los profesionales. El liderazgo en los hospitales es otro de los aspectos claves por lo que sería deseable despolitizarlo, evitando que cada cambio de gobierno en las Comunidades Autónomas produjese un cambio en masivo en las gerencias y direcciones asistenciales de nuestros hospitales. Hay que apostar por una profesionalización de la dirección y gestión sanitaria. Además, otro aspecto importante en la gestión de las personas sería la introducción de herramientas tecnológicas y nuevos modelos de gestión de las plantillas que permitiesen mejorar la productividad.
"En un sector como el sanitario donde la innovación es continua es absolutamente necesario que el sistema garantice una capacitación y formación constante de todos los profesionales"
Al hilo de ello, el tercer gran facilitador es la tecnología. Es impresionante el salto en productividad que nos puede permitir la adopción en los hospitales de las tecnologías exponenciales. Ya no estamos hablando de la integración de la historia clínica, ámbito en la que España ha hecho un esfuerzo relevante los últimos diez años sino cómo implementamos en nuestros hospitales tecnologías como el big data y la analítica de datos, la inteligencia artificial para prevenir enfermedades, la realidad virtual y realidad aumentada para el tratamiento de patologías, la robotización para la mejora de la eficiencia de muchos procesos, el blockchain, las apps para la gestión de la salud y el empoderamiento de los pacientes, etc.
De cómo seamos capaces gestionar la implementación de estos facilitadores dependerá la mejora de la productividad de nuestros hospitales. Un elemento absolutamente relevante para la sostenibilidad de nuestro sistema de salud.