Desde hace más de 22 años, toda mi vida profesional se ha desarrollado, como médica, dentro de un sistema sanitario que ha sido reconocido como el más eficiente de Europa y uno de los mejores de todo el mundo. He vivido así, en primera persona, los problemas que, pese a su excelencia, han aquejado al Sistema Nacional de Salud en los últimos tiempos. No me es fácil expresar la magnitud del honor y la responsabilidad que hoy suponen para mí, como ministra, hacerme cargo de su coordinación.
La pandemia de la COVID-19 sorprendió a nuestro país en unas condiciones a las que nunca debíamos haber llegado, como efecto de los recortes experimentados en la década anterior. La respuesta de nuestra sanidad y de todos los profesionales que la sostienen fue tan admirable como costosa en términos humanos. Para no volver a vernos en una situación semejante debemos tomar buena nota de todo lo aprendido y reparar las condiciones de un sector que ha quedado justificadamente exhausto después del trienio pandémico.
¿Cómo afrontar este problema estructural y cada día más acuciante de recursos humanos? De nada nos sirve seguir formando excelentes profesionales si no les damos motivos para quedarse en su puesto de trabajo. Necesitamos mejorar sus condiciones salariales, su estabilidad laboral, ofrecerles tiempo suficiente para atender como es debido, facilitarles las infraestructuras y herramientas tecnológicas que necesitan y merecen, posibilitar su desarrollo profesional y reconocer su trabajo. En este sentido, confiamos en que la reforma del Estatuto Marco que estamos trabajando junto a organizaciones sindicales y comunidades autónomas suponga un verdadero paso adelante en el cuidado a quienes nos cuidan.
También vamos a cumplir una demanda clásica de los profesionales sanitarios: reconocer las especialidades de Medicina de Urgencias y Emergencias, Enfermedades Infecciosas y Genética Humana. En el ámbito de la salud mental, el Comisionado de Salud Mental, de nueva creación y pionero en Europa, trabajará para que el abordaje de los trastornos psíquicos tenga en cuenta las condiciones sociales de las personas, en despatologizar los malestares de la vida cotidiana y en defender los derechos de las personas con trastornos mentales.
Estamos avanzando en el diseño de la futura especialidad de la Psicología Clínica Infanto-juvenil y nos comprometemos a duplicar la acreditación y oferta de plazas de Psicólogos Internos Residentesa lo largo de esta legislatura. Todo ello sin perder de vista la columna vertebral de nuestro sistema sanitario: la Atención Primaria. Además de incrementar un 15% las plazas de Medicina Familiar y Comunitaria, queremos acordar junto a las CCAA una mejora de las condiciones de sus profesionales, reduciendo la carga burocrática, reforzando el rol de las enfermeras y facilitando un compromiso activo con la prevención y el trabajo comunitario.
Abordar estas medidas no es solamente una cuestión de justicia, sino una mera condición de necesidad para ensanchar y adaptar nuestro SNS a los retos del S. XXI, que hace tiempo dejaron de ser especulaciones y hoy golpean con urgencia a nuestras puertas.
"De nada nos sirve seguir formando excelentes profesionales si no les damos motivos para quedarse en su puesto de trabajo"
Nos encontramos ante una emergencia climática constatable ya en nuestra salud. Con el nuevo Observatorio de Salud y Cambio Climático, trabajaremos en campañas de información y prevención, mejoraremos nuestra capacidad para rastrear y responder a las enfermedades relacionadas con el clima y analizaremos cómo ser más resilientes frente a unos eventos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes.
Las generaciones más jóvenes, duramente golpeadas por crisis consecutivas, se enfrentan a viejos y nuevos problemas, en buena parte derivados de los condicionantes sociales de la salud. Resulta más necesario que nunca ensanchar nuestro SNS en materia de salud visual y bucodental, reduciendo vía prestaciones una brecha generacional cada vez más honda en materia de bienestar. Ante la creciente preocupación por la salud mental, las instituciones tenemos que ser capaces de ofrecer un apoyo real, desde una perspectiva multidisciplinar que combine lo sanitario con una mayor cohesión e integración social. También es prioritario frenar el ascenso de las Infecciones de Transmisión Sexual, erradicar el consumo de alcohol entre menores y dar un paso adelante en la lucha contra el tabaquismo con el objetivo de alcanzar la primera generación libre de humo.
Del mismo modo, la Sanidad del S. XXI debe prestar una atención mucho mayor a la igualdad de género. Prevenir la violencia obstétrica, reducir la sobremedicación por ansiedad, reforzar la atención primaria como primera línea de detección de la violencia de género o garantizar la capacidad efectiva de abortar en el sistema público serán también prioridades durante esta nueva etapa.
Como bien ha planteado en anteriores anuarios de esta publicación mi compañero Juan Fernando Muñoz Montalvo, Secretario General de Salud Digital, tenemos el reto de seguir siendo la vanguardia europea en esta materia, desarrollando el Espacio Nacional de Datos de Salud para mejorar la cohesión del sistema con una información de calidad e interoperable y adaptarnos al futuro Espacio Europeo, un proyecto impulsado significativamente durante la reciente Presidencia Española de la Unión. Queremos que la transformación digital de la Atención Primaria y el despliegue del Plan de Atención Personalizada sean palancas decisivas en el progreso y la modernización del SNS.
Tenemos el reto, en colaboración estrecha con las comunidades autónomas, de incorporar de manera integrada y uniforme en la Cartera Común los servicios de medicina genómica, mediante el desarrollo de un catálogo de pruebas genéticas y genómicas y la mejora y ampliación de nuestros programas de cribado. Consideramos fundamental facilitar a los profesionales el acceso a estas nuevas herramientas decisivas para el pronóstico y tratamiento, especialmente de enfermedades raras, y la aplicación de la medicina personalizada. De igual forma, hay que seguir innovando en materia de tratamientos, desde la implantación de la Protonterapia hasta la regulación del cannabis para uso terapéutico conforme a las conclusiones alcanzadas al respecto en la Subcomisión de Estudio del Congreso de los Diputados.
"Resulta más necesario que nunca ensanchar nuestro SNS en materia de salud visual y bucodental, reduciendo vía prestaciones una brecha generacional cada vez más honda en materia de bienestar"
Por último, la pandemia nos demostró la importancia de la soberanía y autonomía farmacéutica en un mundo cada vez más inestable: nuestro compromiso en desarrollar la Reserva Estratégica de Medicamentos y Productos Sanitarios y otorgar a las instituciones públicas un rol proactivo en el ámbito de la innovación y el desarrollo, impulsando el tejido industrial de nuestro país, es total.
Sabemos -tal vez muchos incluso recordéis- que la puesta en marcha del Sistema Nacional de Salud desde 1986 no fue un camino de rosas. Costó mucho trabajo, estudio, debate y negociación entre muy diversos actores institucionales, sociales y profesionales, pero el balance, casi cuarenta años después, demuestra que todo ese esfuerzo valió la pena. Hoy estamos abriendo una nueva etapa en la sanidad española y queremos hacerlo con la misma ambición y el mismo espíritu dialogante y tenaz que guió a la generación de nuestros mayores. Los retos del 2024 nos exigen recuperar, todos y todas, aquel espíritu del 86.