Arranca un nuevo curso político, con incorporaciones en el Gobierno y nuevos desafíos, pero todo indica que el argumentario de Moncloa no se renueva. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, parece haber priorizado el equilibrio para permanecer en su cargo por delante de las explicaciones que reclaman muchos ciudadanos sobre las contraprestaciones dadas. Y ha recurrido a su fórmula de siempre: si le preguntan por el concierto económico en Cataluña, contesta hablando de Madrid.
En términos económicos, esta comparativa no le es favorable, ya que en Madrid nunca se ha planteado una “financiación singular” como en Cataluña. Por tanto, el presidente, sabedor de que la sanidad es lo que más importa a los ciudadanos y una de las competencias autonómicas más relevantes y con mayor presupuesto, recurre a ella una vez más.
La sanidad, de hecho, es el caballo de batalla en la lucha personal de Sánchez contra Madrid. Sobre todo, tras la pandemia, meses en los que, en ocasiones, no salió muy bien parado de su enfrentamiento con la presidenta Ayuso. Ha llegado al punto de colocar como ministra del ramo a la gran rival del propio Partido Socialista en Madrid, Mónica García. Y su principal encargo parece ser hacer oposición a Madrid.
"La sanidad, de hecho, es el caballo de batalla en la lucha personal de Sánchez contra Madrid. Sobre todo, tras la pandemia, meses en los que, en ocasiones, no salió muy bien parado de su enfrentamiento con la presidenta Ayuso"
Pedro Sánchez ha hecho afirmaciones como que en la Comunidad de Madrid “en el último año se han derivado 1.000 millones de euros a la sanidad privada”, sin aclarar lo que se entiende por “derivar”. También ha lanzado acusaciones difusas como que se dedican recursos “a aumentar los contratos de unas cuantas empresas” y ha esgrimido una cifra, la del gasto sanitario por habitante, en la que las CC AA con mayor densidad de población (Madrid es la que más), por pura lógica siempre están por detrás de las demás.
Éstos son sus argumentos. Ni una aclaración sobre los proyectos para Cataluña. La Comunidad de Madrid ha respondido con datos, como siempre. La consejera de Sanidad, Fátima Matute, ha hablado de “cortina de humo” y ha señalado lo que ya se ha explicado hasta la saciedad: “Es mentira que estemos invirtiendo o que hayamos invertido más en recursos privados respecto de los públicos. Lo que hacemos es invertir en nuestros hospitales, que son de titularidad pública; tenemos unos hospitales de gestión directa y otros de gestión indirecta”, ha afirmado la consejera quien, por cierto, ha aclarado que se ha invertido más en los hospitales de gestión directa.
Matute ha subrayado también, frente a la alusión de Sánchez, que no se "han derivado recursos a la sanidad privada" y el "gasto en la sanidad privada no ha aumentado”, algo que, señaló, sí ha ocurrido en otras CC AA en el ejercicio de sus competencias. El ejemplo más claro, precisamente, es Cataluña, una de las Comunidades con más tradición de colaboración público-privada. Como ha explicado la consejera de Sanidad, mientras Madrid invierte un 11% en la sanidad privada, Cataluña lo hace un "23%, y de 56 hospitales que tienen, solo seis son públicos".
"Madrid es la Comunidad Autónoma con mayor esperanza de vida al nacer, con seis hospitales en el ranking de los diez mejores de España y la región con menor tiempo medio de espera y con menos pacientes que tienen que aguardar más de seis meses para ser intervenidos"
A los datos de la consejera madrileña cabría añadir otros: Madrid es la Comunidad Autónoma con mayor esperanza de vida al nacer y una de las regiones europeas más longevas. La Comunidad cuenta con seis hospitales en el ‘ranking’ de los diez mejores en España, incluidos de gestión privada. En cuanto a las listas de espera, es la región con menor tiempo medio de espera y con menos pacientes que tienen que aguardar más de seis meses para ser intervenidos.
En lo relativo a la atención al cáncer, la Comunidad ha presentado a la Comisión Europea su Red Oncológica Madrileña (ROM), para convertirse en nodo de referencia para el tratamiento de tumores, de un modo similar a lo que supone ciudad estadounidense, sede del MD Anderson Cancer Center en EE UU. Un total de 29 hospitales -ocho principales y otros 21 de menor tamaño- atienden cada año a unas 40.000 personas con distintas neoplasias, lo que supone cerca del 40% de la población oncológica en España.
Para mantener este modelo, la Comunidad de Madrid, bajo la presidencia de Isabel Díaz Ayuso, ha apostado de forma clara y decidida por la gestión sanitaria con mayúsculas y esto incluye aprovechar al máximo los recursos públicos y privados.
"Lo irresponsable de los ataques desde el Gobierno central, que ignoran tanto los resultados como las competencias autonómicas, es no medir las consecuencias que tendría un giro en la gestión de la Comunidad Autónoma más poblada y con los mayores hospitales"
Más allá de los datos anteriores, lo irresponsable de los ataques desde el Gobierno central, que ignoran tanto los resultados como las competencias autonómicas, es no medir las consecuencias que tendría un giro en la gestión de la Comunidad Autónoma más poblada y con los mayores hospitales. En Madrid, la privada asume el 31 % de los ingresos y de las altas realizadas, el 27 % de las estancias y el 37 % de las intervenciones quirúrgicas del conjunto de las realizadas en Madrid. Sin colaboración público-privada, más de 2,6 millones de ciudadanos podrían quedar desatendidos.
Junto a ellos, el presidente tampoco parece haber pensado en los profesionales: médicos, enfermería, auxiliares, administrativos y otros trabajadores de la sanidad privada. Sus ataques a la gestión de Madrid lo son también a un sector económico ejemplar, y ponen en riesgo a muchas familias. Son los mismos trabajadores a los que en otras ocasiones el Gobierno ha dicho defender.
Ante los ataques injustos e injustificados, hace falta que los que formamos parte de la sanidad de Madrid, profesionales, gestores, y también pacientes, levantemos la voz para que se escuche una realidad: que la sanidad de Madrid, pública y privada, es una de las grandes fortalezas de la Comunidad y, por extensión, de España.