En el conjunto de España, la Comunidad de Madrid está situada como la región con la lista de espera más baja para operarse. Según los datos del “Informe del Sistema de Información de Listas de Espera del Sistema Nacional de Salud”, publicado por el Ministerio de Sanidad el pasado 29 de noviembre, los madrileños esperan una media de 46 días cuando se trata de una intervención no urgente, menos de la mitad que el resto de los españoles que deben esperar una media de 115 días.
Las listas de espera son factor regulador de la demanda, indican un desajuste entre la oferta y la demanda con un exceso relativo de esta última. Mantener recursos ociosos en espera de un pico de demanda no es eficiente y genera un gasto innecesario. Lo idóneo, en consecuencia, es regularlo. La prioridad indiscutida es la seguridad del paciente y por ello la regla número uno es que lo urgente, en función de su gravedad, no espera. En el siguiente escalón es donde surgen las dificultades por la complejidad de la interacción entre las distintas variables. Afecta por una parte la situación de la población, su envejecimiento, perfil epidemiológico, cambios en la morbilidad, nivel de educación sanitaria, corresponsabilidad en la asistencia, etc. Han de tenerse en cuenta, igualmente, la accesibilidad a los servicios, la capacidad de elección o la eficacia de los medios diagnósticos. Por último, no porque sea menos importante, sino por la mera ordinalidad de la exposición, se debe considerar el papel de los profesionales sanitarios, la variabilidad de la práctica clínica, la aparición de nuevos tratamientos o la práctica de la medicina defensiva, entre otras muchas variables.
Posiblemente el factor de morbilidad de la población resulte ser uno de los más decisivos a la hora de la toma de decisiones. Por ejemplo, utilizando el informe sobre listas de espera elaborado por el Ministerio de Sanidad, que ya hemos citado, con respecto a la lista de espera quirúrgica en la Comunidad de Madrid, lo primero a considerar es que del total de 52.579 pacientes pendientes de una intervención, más de la mitad, el 57,07%, se concentran únicamente en tres especialidades: Oftalmología (21,07 %), Traumatología (20,60 %) y Cirugía General y del Aparato Digestivo (15,40 %). También resulta ilustrativo, que con respecto a la lista de espera para primera consulta diagnóstica, Madrid, con 35 días, es la segunda Comunidad Autónoma con la lista de espera más baja, igual que La Rioja y sólo por detrás del País Vasco con 23 días. La demora media nacional en acceder a una consulta se sitúa en 81 días. En el caso de la Comunidad de Madrid la cifra más abultada corresponde a Dermatología (28,48 %), seguida de Traumatología (19,04 %) y Ginecología (8,30 %).
"El sistema sanitario madrileño en su conjunto, público más privado, aglutina más de 140.000 profesionales y los centros con mayor reputación del país"
La Comunidad de Madrid, con cifras de población resultantes de la revisión del Padrón Municipal de 2018, tiene 6.578.079 habitantes. Es la provincia más poblada de España y con la densidad más alta (821 habitantes por kilómetro cuadrado). También es la que tiene mayor renta por habitante (31.004 euros), por delante del País Vasco (29.663 euros). Con respecto a la esperanza de vida, Madrid lidera el ranking de las regiones europeas, con datos de Eurostat: 87,8 años para las mujeres y 82,2 años para los hombres. La calidad y accesibilidad de los centros sanitarios es referente a nivel nacional. En la evaluación independiente “Los hospitales y servicios clínicos con mejor reputación en 2019”, realizado por MRS, informe recientemente presentado, en la Comunidad de Madrid del top 10 de los hospitales con mejor reputación, 6 se encuentran entre los de más alta puntuación entre los hospitales públicos, y 9 en el ranking correspondiente a los hospitales privados. Por otra parte, ya lo recordamos hace poco, en el último “Índice de Competitividad Regional” de la Comisión Europea, que mide los principales factores de competitividad en los últimos diez años para todas la regiones de la Unión Europea, la Comunidad de Madrid se encuentra a la cabeza de la sanidad española y es la segunda de Europa, sólo superada por Estocolmo. Es el resultado del trabajo coordinado de los servicios sanitarios públicos y privados de la región.
Los datos de la sanidad madrileña son buenos, pero no pueden calificarse de satisfactorios sí todavía se tarda más de 20 días para poder ver a un especialista o un mes y medio para ser operado. El sistema sanitario madrileño en su conjunto, público más privado, aglutina más de 140.000 profesionales y los centros con mayor reputación del país. Consecuentemente, hay margen para mejorar la coordinación, para la elección de las patologías sobre las que se debe actuar, los tiempos y la intensidad que es necesario aplicar en cada caso en función de la morbilidad. Desde nuestro punto de vista, como Asociación de Centros y Empresas de Hospitalización Privada de Madrid (ACHPM), disponemos también del director de orquesta adecuado. La Consejería de Sanidad de nuestra Comunidad trabaja más allá del mantenimiento de las funciones básicas del sistema, se esfuerza por innovar y por quitar trabas para minimizar los problemas. Entiende, en definitiva, que la colaboración público–privada es fundamental y sabe dónde quiere ir. Evidentemente nos tiene a su lado.