La Responsabilidad Social Corporativa es uno de los temas más importantes para las empresas a día de hoy; sin embargo, dentro de esta nueva ‘preocupación’ empresarial, existen muchas y muy diversas formas de comprometerse con la sociedad.
Uno de los aspectos más importantes dentro de este ejercicio de responsabilidad con la sociedad es la transparencia, algo que desde hace unos años se ha convertido en pilar para muchas y gran olvidada para otras…
De este modo, en la industria farmacéutica, la patronal Farmaindustria promueve desde hace cuatro años el Código de Buenas Prácticas, al que se han adherido numerosas empresas del sector y, mediante el cual, dichas compañías asumen el reto y la responsabilidad de publicar todas las colaboraciones que mantienen con los distintos agentes del sector.
Según el último informe de transparencia de Farmaindustria, “en 2018, la industria farmacéutica asentada en España contribuyó con 118 millones de euros en ayudas a profesionales sanitarios para que pudieran acudir a reuniones y congresos científicos-profesionales, mientras que las organizaciones sanitarias responsables de este tipo de encuentros contaron con un apoyo de 98,5 millones de euros. Adicionalmente, invirtió 259 millones de euros en contratos con organizaciones y profesionales sanitarios para desarrollar proyectos de investigación en el ámbito biomédico. Es el cuarto año consecutivo en el que las compañías farmacéuticas publican estas colaboraciones en investigación y en formación médica, que constituyen uno de los pilares esenciales de la I+D y la calidad de la prestación sanitaria en España”.
Esta relación entre la industria farmacéutica, las organizaciones y los profesionales sanitarios, se hace inevitable e imprescindible
Y toda esta información, que debería ser bien recibida por la sociedad, dado que las compañías, se abren en canal y desgranan todas sus trasferencias de valor, hay quienes la utilizan para criticar las actividades de la industria.
Sin tener en cuenta que estas colaboraciones hacen posible la investigación, el desarrollo y la promoción de un gran número de estudios beneficiosos para la salud de todos, no solo de los que forman parte del sector.
Y es que, esta relación entre la industria farmacéutica, las organizaciones y los profesionales sanitarios, se hace inevitable e imprescindible para el desarrollo de nuevos fármacos y un uso adecuado de los mismos.
Y es que, las transferencias de valor son una realidad, pero además son un hecho necesario para el buen hacer del sector y por el bien de la sociedad.
No se puede entender que, en sectores como la alimentación, se exija un altísimo nivel de transparencia (que, por cierto, sólo cumplen unas pocas empresas); y en el farmacéutico se critique…