Cada año que comienza supone una oportunidad para parar, pensar y analizar qué tenemos por delante y qué desafíos y oportunidades nos esperan, pero es cierto que, en los últimos años, este “mirar al horizonte” se ha vuelto más retador que nunca y la realidad nos ha sorprendido con desafíos inesperados. Estamos viviendo un momento de gran agitación en el que predominan la incertidumbre y la complejidad a nivel geopolítico y social. 2022 ha sido el año de la inflación y del incremento de los costes de energía. Y las estimaciones para 2023 no son mejores respecto a cuestiones como el precio de las materias primas, que probablemente aumentará entre un 10 y un 15% este año. Es, también, un año con varias citas electorales en nuestro país.
Comenzar un 2023 en el que la inestabilidad continuará acompañándonos genera cierta inseguridad, pero yo soy de naturaleza optimista y sé que cuento con un equipo excepcional en Merck. Donde hay un reto, nosotros vemos siempre una oportunidad para superarnos. Soy consciente de que los desafíos a los que nos enfrentamos nos obligan a estar en constante evolución y, aunque no parece fácil, confío en que los obstáculos superados durante el año que hemos dejado atrás nos ayuden a tomar impulso hacia un periodo nuevo donde demostraremos, una vez más, que en Merck avanzamos de manera imparable hacia nuestro propósito de contribuir a un progreso humano sostenible a través de la ciencia y la tecnología.
En los últimos años ya lo hemos hecho con apuestas como los 120 millones de euros que hemos invertido desde 2019 a incrementar la eficiencia de nuestras tres plantas de producción – la biotecnológica, ubicada en Tres Cantos (Madrid) y las de producción farmacéutica y química de Mollet del Vallès (Barcelona) – y atrayendo la mirada del Grupo Merck hacia la I+D nacional: parte de los 2.400 millones de euros dedicados a I+D del Grupo se ha concretado en la realización de 47 ensayos clínicos en España, convirtiéndonos en uno de los países de Europa más activos en este sentido.
Pero nuestra defensa de la I+D+i necesita, además, el respaldo del entorno público, con herramientas reguladoras eficaces y modelos novedosos de fijación de precios y pagos. En 2023 se definirán el Plan Estratégico de la Industria Farmacéutica en España y la Estrategia Farmacéutica Europea. Confío en que se aproveche la excelente oportunidad que ello plantea para fomentar una mayor innovación y potenciar así el crecimiento económico de nuestro país y de todo el continente. La I+D+i es clave para la evolución de una sociedad, pero de nada sirve invertir en salud si este progreso no llega a quienes más lo necesitan. Cada día cuenta cuando hablamos de tratar a un paciente. No podemos acostumbrarnos a que existan retrasos de meses hasta que un fármaco innovador que ya cuenta con la aprobación por parte de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) llega a España. Sin embargo, la realidad es que nuestro país está por detrás de los países de referencia en Europa en cuanto al tiempo de espera en el acceso a este tipo de tratamientos.
"Todos los actores de nuestro Sistema Nacional de Salud debemos trabajar juntos"
Para Merck y para mí personalmente, eliminar las barreras en el acceso a la innovación es uno de los grandes desafíos que tenemos por delante en 2023. Todos los actores de nuestro Sistema Nacional de Salud debemos trabajar juntos para que, después de la compleja investigación que es necesaria para tener nuevos tratamientos frente a necesidades médicas no cubiertas, el último eslabón de la cadena no falle y el paciente tenga el acceso al fármaco que necesita lo antes posible.
Desde Merck, refuerzo el compromiso de que, durante 2023, seguiremos impulsando inversiones en proyectos revolucionarios que generen un beneficio para toda la sociedad y que además redunden en puestos de trabajo de alta cualificación y calidad, contribuyendo así al crecimiento económico y la competitividad de nuestro país.