Para la actual titular del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Dolors Montserrat, 2017 ha sido un año donde la actividad en el área de sanidad ha brillado por su ausencia. La principal preocupación de la ministra ha sido la candidatura de Barcelona para optar a la sede de la EMA (Agencia Europa del Medicamento), dejando desatendidos importantes proyectos que, o no se ha llegado a realizar, o se han retrasado de forma notable. La sede de la EMA, sin duda hubiera sido muy importante para Barcelona y para España, pero todo el mundo era consciente de que, debido a la situación política catalana, era prácticamente imposible que nos la concedieran.
Por eso muchos analistas se preguntan por qué ese derroche de energía de la ministra con el tema de la EMA, a costa de dejar desatendidos otros muchos asuntos de vital importancia para la sanidad española, sabiendo que con toda seguridad no sería elegida Barcelona en las circunstancias actuales. La respuesta parece que hay que buscarla desde la perspectiva política de partido y pensando en los réditos que le podría proporcionar al PP las elecciones catalanas. El resultado ha sido nefasto para la ministra, nefasto para el partido que representa y nefasto para la ciudadanía en general, ya que no tenemos la EMA, el Partido Popular obtuvo los peores resultados de su historia en Cataluña y la actividad ministerial ha sufrido una paralización como nunca se ha vivido en este ministerio en la historia de la actual democracia.
Mientras la ministra sorprendía publicando en Redes Sociales los logros de su gestión al mando del Ministerio, todavía hay importantes temas sin resolver
La situación ha sido tan llamativa que la Asociación de Médicos Interinos de Galicia acusaba a la propia ministra de Sanidad de cometer un posible delito de prevaricación al incidir de forma insistente y casi obsesiva con el tema de Barcelona y la EMA sabiendo que "en ningún caso podría acceder a esa pretensión descabellada" dada la situación política y por consiguiente ha abandonado otras obligaciones del ministerio.
Pero la candidatura de la EMA no ha sido el único balance negativo para el Ministerio de Sanidad durante 2017, todavía le quedan varios frentes abiertos. Mientras la ministra sorprendía publicando en redes sociales los logros de su gestión al mando del Ministerio, todavía hay importantes temas sin resolver. Es el caso de la prescripción enfermera o del baremo de daños sanitarios, que no estarán definitivamente aprobados hasta bien avanzado el 2018, según las previsiones del propio Ministerio de Sanidad. Además, los profesionales sanitarios siguen a la espera de la subida salarial “prometida” por Montoro y a que se resuelva el tema de la financiación autonómica en relación a la sanidad, que repercute en aspectos tan importantes como la equidad asistencial o la carrera profesional.
A su vez, la “falta de organización” que denunciaba CESM y otros sindicatos sobre la gran OPE nacional es otro de los temas pendientes, junto a la puesta en marcha del registro de profesionales, necesario para conocer realmente el número de sanitarios en España y su distribución. Esta última, cuestión imprescindible para poder gestionar los actuales problemas de distribución de profesionales, principalmente en zonas rurales, y de falta de determinados especialistas.
En temas de campañas de concienciación el Ministerio también ha suspendido. Varias campañas han sido ampliamente criticadas por la opinión pública, como fue la dirigida a “Menores Sin Alcohol”, una serie de carteles elaborados por el Ministerio de Sanidad que también hicieron saltar las alarmas entre los grupos de la oposición y los colectivos feministas por considerarlo machista y favorable "a la cultura de la violación”. Debido a las numerosas críticas recibidas, el Ministerio de Sanidad acabó retirando la campaña de su web alegando que fue un error.
Otra de las campañas que todavía está en boca de todo el sector fue la que lanzó el Ministerio de Sanidad en el mes de abril, cuyo objetivo era aumentar las tasas de vacunación entre el personal sanitario.
Además, la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales ha otorgado el Premio Corazón de Piedra a Montserrat
En el vídeo que publicaron en Youtube mostraba la figura de una enfermera con cofia, falda corta y una jeringuilla en la mano, "una imagen simplista, reduccionista, sexista, machista y alejada a años luz de la realidad enfermera en España", criticó el Consejo General de Enfermería. En este mismo vídeo, que todavía permanece en Youtube, el médico aparece con una bata, un fonendoscopio y una corbata.
También la ministra tuvo que rectificar unas declaraciones en RNE que afirmaba que quería revisar el copago en los jubilados que cobran pensiones entre 18.000 y 100.000 euros, alegando que “deberíamos ajustarlo mejor; quien más tiene debería pagar más". Los partidos de la oposición inmediatamente pidieron explicaciones a la ministra y en menos de 24 horas rectificó sus palabras asegurando que este asunto no estaba en la agenda del Gobierno. Posiblemente este tipo de actuaciones hayan motivado que la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales haya otorgado el Premio Corazón de Piedra a la ministra de Sanidad Servicios Sociales e Igualdad, Dolors Montserrat, por no haber adoptado medidas para recuperar el deterioro de los ámbitos más sensibles de la protección social.
Pero una de las actuaciones más criticadas ha sido la elección del Consejo Asesor de Sanidad. Nadie pone en duda la valía profesional de la mayoría de sus miembros pero, aunque la Ministra se empeñe en destacar el hecho de que con respecto a anteriores Consejos, en esta ocasión se había “doblado el porcentaje mujeres”, la realidad es que el 74% son hombres y el 26% mujeres, sólo 11 de los 42 miembros del Consejo Asesor. No parece que esta decisión sea la propia de una Ministra de “Igualdad”.